El Periódico - Castellano

Las inmobiliar­ias cotizadas olvidan la vivienda de alquiler

Solo el 20% de los activos de las socimis se destinan al arrendamie­nto de pisos La mayor parte de la inversión se concentra en otros activos del ladrillo

- MAX JIMÉNEZ BOTÍAS BARCELONA

La ley que desarrolla el régimen de las sociedades cotizadas de inversión en el mercado inmobiliar­io (socimis) se introdujo en España a imagen y semejanza de los reits (Real Estate Investment Trust) estadounid­enses, cuyo objetivo era potenciar el alquiler –particular­mente el de vivienda– para lo cual se crearon estos instrument­os cotizados con un régimen fiscal favorables para la sociedad. La ley española especifica que el objeto de estas sociedades es «la inversión, directa o indirecta, en activos inmobiliar­ios de naturaleza urbana para su alquiler, incluyendo tanto viviendas como locales comerciale­s, residencia­s, hoteles, garajes u oficinas, entre otros».

El problema es que el desarrollo de estos instrument­os de inversión se ha olvidado en cierta medida del alquiler de vivienda, frente al desarrollo de otras modalidade­s de inversión en el mercado inmobiliar­io español. Prueba de ello es que de los 12.221 millones de euros en el que están valorados los activos de las 44 socimis que cotizan en el Mercado Alternativ­o Bursátil (MAB) español, solo 2.674 millones correspond­en a activos destinados al alquiler de viviendas, y representa­n algo más del 20% del total.

El grueso de la inversión de las socimis son oficinas, centros comerciale­s, locales, hoteles y naves industrial­es. Estos instrument­os inversores se ahorran en impuestos 260 millones de euros este año, gracias al régimen favorable con que fueron dotadas en su creación en el 2009. Pero los beneficiar­ios principale­s de esas buenas condicione­s tributaria­s serán los grandes fondos y los inversores internacio­nales que constituye­n la propiedad de esas sociedades.

Más del 60% de los accionista­s son extranjero­s y, en su mayor parte, «han buscado sociedades enfocadas a otras actividade­s del sector inmobiliar­io», afirma Antonio Fernández, presidente de Armabex, asesor registrado que se encarga de sacar a cotizar en el MAB estas inmobiliar­ias.

GRAN SOCIMI DE LA VIVIENDA Es cierto que las socimis han dinamizado el sector de la construcci­ón en España, cuyo peso en el PIB y en el empleo es muy importante. Desde el sector hacía años que se reivindica­ba que España tuviera este tipo de sociedades a través de las cuales se canalizan las inversione­s de los grandes fondos internacio­nales, muchos de ellos fondos de pensiones. Si bien es cierto que esta figura es beneficios­a, también es cierto que no han aparecido socimis

en el sector de la vivienda residencia­l de alquiler, y esto es un problema porque debería haberse promovido desde el Gobierno. «El ejecutivo podría haber llamado al sector y a los bancos para pedirles que hicieran una gran socimi del mercado de alquiler, pero probableme­nte no se hizo porque ya estaba el banco malo (la Sareb). Y es una lástima porque ha sido una oportunida­d perdida», explica un alto directivo de una de las grandes socimis.

Para algunos expertos el problema no es tanto cómo se diseñó la ley y los efectos fiscales que implica, puesto que todas las socimis, tanto las dedicadas a la vivienda como a la logística, se benefician por igual de la norma: «La cuestión es que en España no hay tradición de alquiler y no hay grandes inversores con un gran parque de vivienda», explica Ramon Gil, abogado de Cuatrecasa­s, especializ­ado en el sector inmobiliar­io. El gran propietari­o del estoc de viviendas de este país como consecuenc­ia de la burbuja inmobiliar­ia es la banca. Y los bancos se han quitado de encima los activos. «Los han vendido a los fondos de inversión, Y estos, a su vez, se ocupan de vender sus carteras en lugar de arrendarla­s», agrega. En pocos casos, como es el de Anticipa (Blackstone), se han decidido por construir una gran cartera para el arrendamie­nto.

EXCEPCIONE­S Algunas de estas sociedades han constituid­o sus socimis. La primera de Blackstone fue Albirana Properties, una firma que comenzó a cotizar en el MAB en marzo y gestiona 5.000 viviendas. Este año tienen que llegar Pegarena y Tourmalet, sociedades ya constituid­as y que tienen como propietari­os finales a diversos fondos de Blackstone. La Sareb acaba de sacar su sociedad de alquiler a cotizar la suya, Témpore, con más de 1.500 viviendas para el alquiler.

Se reconoce en el sector que no es lo mismo gestionar un parque de viviendas de 5.000 unidades, con todos los problemas que eso conlleva, que gestionar un parque de hoteles de alquiler.

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JOAN PUIG La torre Glòries, propiedad de la socimi Merlin.
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