Nos alejamos de la armonía
Llevo muchos días sintiendo que en este mundo hemos perdido algo, y es que cada día veo a más personas durmiendo en la calle, a más personas hundidas en la miseria, a más animales abandonados y menos respeto por la naturaleza y por la humanidad.
Siento que hemos perdido esa capacidad de vivir en armonía con los demás, con el mundo y con la naturaleza, nuestra fuente de vida y esperanza. Pero es que la fuerza propulsora del mercado es tan fuerte que parece que estemos condenados a caminar ciegamente y a olvidar que hay ciertas cosas que hay que respetar y ciertos valores que hemos de mantener, como el respeto por la dignidad humana, la empatía, la solidaridad y el aprecio por la naturaleza. Y a esto yo lo llamo armonía.
Sin embargo, hay una fuerza invisible que nos está remolcando hacia una orilla oscura donde predomina el egoísmo y una avaricia inconmensurable que antepone cualquier beneficio económico a la dignidad humana y la naturaleza. Y esto me asusta, porque pone en peligro la vida humana y toda esa armonía necesaria para mantener unos principios anclados en la sociedad que no pueden ser sacudidos de nuestros corazones por mucha ambición y desarrollo tecnológico que ansíe.
Es hora de pararnos y cuestionarnos si realmente estamos sembrando las semillas que nos llevarán a un mundo mejor, porque yo veo que esta fuerza invisible nos está arrastrando hacia una orilla oscura donde lo último que importa es la armonía con la vida y el respeto por la dignidad humana.
por de la República Catalana. Años atrás, muchos vehículos añadieron la letra C a su matrícula para indicar un registro no ajustado a la realidad estatal. También se han intentado hacer presentes las selecciones deportivas catalanas en las federaciones internacionales, aunque sin éxito. Sería bueno recordar algunos dichos populares catalanes: «Camí llarg, passa curta»y«Molta pressa, poca endreça».