BCN proyecta una rambla del Raval más abierta a los vecinos
La reforma incluye la retirada de plantas y una zona central con plataforma única El ‘Gato’ de Botero cambiará de lugar para que luzca en la parte más vistosa
C uando el distrito terminó el proceso participativo, se dio cuenta de que una de las cosas más demandadas por los vecinos era la necesidad de eliminar barreras visuales. Dicho y hecho. La rambla del Raval, que este año cumple la mayoría de edad, iniciará el próximo otoño una reforma suave, más de reordenación que puramente urbanística, destinada a retirar puntos ciegos, escondites y lugares incómodos. En resumen: retirada de los palmitos (palmeras de media altura) y que el entorno sea más de los vecinos.
El precio de la obra, un millón de euros, permite intuir que no es una transformación de gran calado. La concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, presentó ayer el proyecto desde la misma arteria, y parece que de lo que se trata es de adaptarla a nuevos usos y de corregir decisiones que no tuvieron en cuenta la particularidad del lugar. El ayuntamiento habla de «nueva centralidad» para referirse al tramo que coincide con la plaza de Vázquez Montalbán, en el que la vía abandonará la configuración de acera, calle y paseo central para convertirse en plataforma única que, eso sí, mantendrá la circulación de vehículos y bicis. Hasta este punto también está previsto trasladar, por cuarta vez desde que llegó a Barcelona en 1987, el archifamoso Gato de Botero, que ahora queda por debajo de la futura zona noble.
MÁS ZONAS DE JUEGOS Pin empezó recordando que el distrito dispone de escaso espacio público, y que se impone aprovecharlo bien «y sacarle el máximo rendimiento». Esto último, es un suponer, es lo que ahora no sucede con la rambla y por eso se apuesta por renovarla. ¿Cómo se hará? Pues, por ejemplo, colocando más zonas de juegos, pero adaptadas a la población y los gustos de Ciutat Vella. Se colocará un pimpón, un futtoc (lo mismo, pero con los pies) y un bádminton. Este último es un deporte muy popular entre los paquistanís, la comunidad predominante en estos barrios. También está previsto instalar, en la zona baja, un área de baile con espejos (de un material que no sea reflectante por la noche) «para poder hacer coreografías».
También se cambiarán las sillas individuales por «bancos redondeados» que inviten más a la conversación y se instalará un baño autolavable, una fuente y juegos infantiles. En movilidad, no se tocarán las plazas de aparcamiento y se eliminará la rotonda superior (la inferior se mantiene). No se actuará sobre la calle, sino que simplemente se colocarán unas jardineras para prohibir el paso de los vehículos. Si todo va según lo previsto, la cinta se cortará en la primavera, poco antes de las elecciones.
En la plaza de Vázquez Montalbán se prevé poner «montañitas de tierra para plantar árboles». Se pintarán juegos en el firme. En la de Salvador Seguí se eliminará el vallado del parque infantil y se creará un área lúdica de nueva configuración (hasta 12 años), a base de cambios de nivel generados con caucho. En ambos espacios se incluirá nuevo mobiliario urbano. Todo, con ese objetivo de que este rincón del barrio del Raval sea más habitable y menos evitable.