El Periódico - Castellano

Desahucio rocamboles­co

Un vecino del Poble Sec denuncia que le alquilaron un piso de la Sareb que tenía una orden de desalojo La administra­ción niega que hiciera el contrato, pero admite que cobró los alquileres

- HELENA LÓPEZ

José Luis Morales vivió muchos años en el Gòtic, en una habitación, pero tenía planes de traerse a su familia de Cuba –su país, que dejó hace 15 años– y buscó un piso completo para iniciar una nueva etapa. «Encontré este, en el Poble Sec, de 90 metros cuadrados por 300 euros al mes, algo que podía asumir y encajaba con mis necesidade­s. El piso estaba fatal, no tenía de nada, pero yo soy paleta y lo reformé poco a poco. Mira, mira cómo estaba...», dice el hombre mientras enseña en su móvil decenas de fotos de la ruinosa situación en la que se encontraba la vivienda, nada que ver con el cuidadoso aspecto que muestra ahora, tras muchas horas de trabajo.

Sobre la mesa del luminoso comedor, varios papeles. Un contrato de alquiler por tres años firmado en marzo del 2017 y varios recibos de 300 euros –la mensualida­d fijada en el contrato– en distintos formatos. Algunos escritos a mano, otros, impresos. Todos con el sello de Finques Pàmies, oficina de administra­ción de fincas del barrio en la que José Luis asegura que alquiló la vivienda. «Pagaba siempre en mano, en la oficina, no tenía el alquiler domiciliad­o», indica.

Al principio, relata, todo fue bien, hasta que una noche recibió la visita de un representa­nte de la Sareb, el banco malo. «Me dijo que visitaban siempre los pisos a esas horas porque era cuando cogían a la gente en casa», recuerda. El hombre le dijo que venía de parte de la legítima propiedad del piso y que tenía que irse. Que tenía una orden de desahucio para el 8 de enero. «Al sualidades firmados y sellados de los que dispone José Luis, afirma: «Si viene alguien y nos entrega dinero a cuenta de un piso de una finca que administra­mos, cogemos el dinero; pero nosotros no hemos alquilado ningún piso en esa comunidad». Y zanja la conversaci­ón señalando que no puede extenderse sobre el asunto ya que «hay un pleito de por medio». Esto es: Finques Pàmies niega que hiciera el contrato, pero parece admitir que cobró las mensualida­des para un tercero.

Parado en la puerta

Tras la visita del representa­nte de la Sareb, José Luis denunció ante los Mossos d’Esquadra que había sido víctima de una estafa. La causa fue rápidament­e archivada, algo que José Luis asegura no entender, y no se resigna. El hombre ha pedido ahora un abogado de oficio para interponer una demanda, por lo que tiene dos causas abiertas: la del desahucio –aún pendiente– y la del supuesto contrato fraudulent­o.

José Luis pidió ayuda al Sindicat de Barri del Poble Sec, que movilizó al vecindario y logró parar el desahucio en la puerta, como tantos otros, y desde entonces le están ayudando.

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