El Periódico - Castellano

Agria polémica por la retirada de camisetas en la Copa

Independen­tistas y ‘comuns’ critican que se impidieran símbolos a favor de los presos Interior justifica la medida para minimizar el riesgo de violencia o alteración del orden

- P. M. AGENCIAS

C omo si de objetos peligrosos se tratase, miles de aficionado­s del Barça se encontraro­n el pasado sábado, cuando accedían a la final de la Copa del Rey, con policías que les requisaban camisetas, banderas y carteles amarillos, con los que entidades independen­tistas pretendían teñir el acontecimi­ento deportivo, para lanzar un mensaje al mundo a favor de la liberación de los políticos encarcelad­os por el procés. Las imágenes de los agentes tirando prendas a grandes contenedor­es se difundiero­n como la pólvora y ayer provocaron una nueva tormenta política, en la que soberanist­as y comunes, por un lado, y constituci­onalistas, por otro, criticaron y defendiero­n la actuación de las fuerzas de seguridad.

En el lado secesionis­ta, Carles Puigdemont encabezó la disputa al censurar, a través de Twitter, que un «simple color» se haya convertido en una «ofensa». En la misma red social, Gabriel Rufián (ERC) resumió así el partido del sábado: «El Barça gana títulos. España pierde derechos». Mientras la dirigente de la CUP, Mireia Boya, criticó la actuación de la «policía política».

Los comuns, que se han colocado del lado de los independen­tistas a la hora de pedir la liberación de Oriol Junqueras y el resto de independen­tistas encarcelad­os, registraro­n ayer una pregunta, destinada al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que obligará al Gobierno a responder por qué impidió a los aficionado­s vestir de color amarillo. En el plazo de un mes, el Ejecutivo deberá posicionar­se sobre una doble cuestión: «¿Es España una tiranía donde el Gobierno impone a los ciudadanos los colores admitidos para vestir?»; «¿existe en Interior alguna superstici­ón con el amarillo como sucede en el teatro?».

El impulsor, el senador de En Comú Podem Óscar Guardingo, tiró de ironía para aclarar una situación en su opinión «grotesca» e «ilegal». Mientras, su compañera de filas, la portavoz de los comuns en el Parlament, Elisenda Alemany, lanzó en Twitter: «Se empieza por un tuit, se sigue con unas ideas y se acaba con un color». Pablo Iglesias lamentó que se «tire a la basura la palabra libertad». Y Alberto Garzón tildó de «atentado contra la democracia» la actuación de la policía.

Las entidades independen­tistas, ANC y Òmnium, acusaron al Gobierno de haber «perdido el norte» y la primera prometió camisetas gratis a los afectados. Mientras que la asociación Drets informó de que estudiará casos concretos de vulneració­n de derechos, puesto que ninguna «ley prohíbe colores».

ALTO RIESGO En respuesta a la polémica, fuentes policiales aseguraron que la actuación de los agentes fue la habitual en partidos de alto riesgo, para evitar «enfrentami­entos o disturbios».

En aplicación de la ley contra la violencia y la intoleranc­ia en el deporte, «se intervinie­ron pancartas o camisetas cuyo contenido pudiera alterar el orden público o producir violencia», sin que los agentes recibieran «ninguna instrucció­n especial ni extraordin­aria», según Interior.

En su defensa salió Carlos Carrizosa (Cs), quien aseveró que la policía «hizo su trabajo» en prevención de incidentes.

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EFE / PAOLO AGUILAR La policía inspeccion­a a un aficionado antes de entrar en el estadio.

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