Irina Shayk no se deja vestir de novia
La ‘top’ está en Barcelona invitada por Pronovias para la BCN Bridal Week
Las novias (como lo bueno), siempre se hacen esperar, sin embargo, esta vez Irina
Shayk no apareció vestida de blanco ante la abundante prensa que la llevaba esperando más de media hora en los cuarteles generales de Pronovias de El Prat de Llobregat, sino que se presentó enfundada en un traje negro de una pieza de aire masculino, el que consideró perfecto para ella el director artístico de la firma, Hervé Moreau. Y es que esta vez no desfilará para ellos en la Barcelona Bridal Fashion Week, sino que será su invitada especial, la madrina de la colección Atelier 2019.
Porque la top guarda una estrecha relación con Pronovias desde hace ya varios años, cuando la bella rusa llegó a España para vivir con su entonces pareja, el galáctico Cristiano Ronaldo, y la firma contó con ella desde un primer momento como estrella de sus desfiles.
Y aunque en todo este tiempo ha demostrado que se ponga el vestido de novia que se ponga todos le quedan de fábula, Pronovias (a no ser que tenga guardada una sorpresa de última hora ) no va a pedirle en esta edición del certamen de moda lo que no ha logrado aún ni el actor
Bradley Cooper, su actual pareja y padre de su hija Lea De Seine, que acaba de cumplir un añito.
La firma solo le ha pedido que venga. Y la rusa, aunque ahora vive en EEUU, no ha dudado en coger el avión y presentarse en Barcelona. «Cuando me propusieron ir a España dije: ‘Allá vamos’», asegura, atraída, además, por la tortilla de patatas, el jamón y su maravilloso clima.
Y es que, aunque la modelo disfruta enormemente de su pequeña, a los seis meses de dar a luz ya estaba en la pasarela de la Semana de la Moda de Nueva York. Eso sí, luciendo un modelito que disimulaba los rastros de su reciente maternidad. Y ya se ha subido varias veces. Cada vez más recuperada. Ahora es evidente que ya lo está del todo. Y confiesa su secreto para estar fantástica haciendo su trabajo: «Dormir». Es sagrado.
Dejar a la niña en casa (algo que siempre le preguntan a las mujeres y casualmente nunca a los hombres) no le supone ningún problema: «Pienso que, aunque seas madre, puedes hacer lo que quieras: trabajar, viajar y cualquier cosa», reivindica la modelo, lo que la podría hacer ingresar de cabeza en el Club de las Malas Madres. Además, su respuesta destila un sutil feminismo. Y es que parece tener las ideas claras: «La mujer rusa es una mujer fuerte», asegura.
MENSAJE A LOS JÓVENES Por eso que desde sus medidas perfectas, y pese a esas medidas perfectas, se atreve a lanzar un mensaje a los jóvenes que se sienten presionados por los físicos espectaculares que se exhiben en las redes, como Instagram o Facebook : «Tienen que amar sus cuerpos, porque solo se vive una vez. No importa que tengas una talla 34 o 40. Sé tú mismo. Tienes que ser agradable, tener sentido del humor, ser un ser humano... Los jóvenes tendrían que acordarse de esto. Este es mi mensaje».
De si suenan campanadas de boda en su hogar americano, ni palabra. Cuando varias mujeres periodistas intentan sonsacarle, les corta amablemente: «Lo siento por este woman power, pero el caballero esperaba antes para preguntar».
Tampoco se explaya mucho sobre cómo cree que será el vestido de una novia que está en capilla, Megan Fox, prometida del príncipe Harry: «No tengo ni idea. Ni tan siquiera sé si asistiré». Y, antes de irse, deja caer: «Nunca he ido a una boda. Esa es mi respuesta». ¿Bromea? Quizá. Pero, por lo pronto, y por lo que ha dado a entender con su silencio, por ahora ni tan siquiera a la suya.