Trump se rinde a Putin
El magnate respalda en la cumbre a Rusia frente al FBI en el caso del espionaje «Sí, yo quería que él ganara las elecciones [contra Clinton]», alardea el ruso Trump y Putin, ayer, en su cita en Helsinki.
No hubo grandes acuerdos en los principales contenciosos entre Rusia y EEUU, ni se esperaban. Tampoco se oyeron declaraciones salidas de tono que supusieran una merma adicional en el compromiso defensivo de Washington con sus aliados europeos, días después de que la OTAN viviera una agitada cumbre multilateral debido a las arremetidas del líder de la Casa Blanca contra Alemania.
Pero lo que no logrará la primera cumbre bilateral entre los presidentes de EEUU, Donald Trump, y Rusia, Vladímir Putin, celebrada ayer en Helsinki, es hacer desvanecer las sospechas que se ciernen sobre las relaciones de ambos mandatarios, precisamente en un momento en que en EEUU se investiga la posible colusión del entorno del magnate neoyorkino con el Estado ruso para derrotar a su oponente demócrata, Hillary Clinton, en las presidenciales del 2016. Más bien las acrecentarán.
Trump desplegó en todo momento, en la capital finlandesa, un tono conciliador y amistoso, lejos de las diatribas iracundas de días anteriores. Tal y como constató un académico que prefiere el anonimato, cuando el presidente de EEUU se halla en presencia de sus aliados europeos, les habla «como un padre que reprende a sus hijos»; cuando está junto al líder del Kremlin, se trata de un diálogo «entre iguales».
CRIMEA Y UCRANIA La cumbre certificó el fin del relativo aislamiento al que se ha visto abocado el líder del Kremlin desde la anexión de Crimea y el arranque de la guerra en Ucrania en el 2014, y refuerza su papel como líder indispensable en los asuntos mundiales, pese a controversias no resueltas como el derribo de un avión malasio por una batería del Ejército ruso o el asesinato de disidentes rusos en el extranjero.
«Putin y yo vamos a solventar muchos problemas, afrontándolos juntos», declaró el magnate neoyorkino durante la rueda de prensa. «El diálogo productivo es una oportunidad para abrir nuevos caminos de paz y estabilidad en el mundo», continuó Trump, expresando sus intenciones futuras.
La injerencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas fue el principal tema abordado durante la comparecencia ante los medios. El presidente norteamericano renunció a cualquier declaración que pudiera interpretarse como condenatoria hacia su interlocutor y centró sus des- calificaciones en la actuación del fiscal general, Robert S. Mueller. «No veo ninguna razón para creer» que los rusos han interferido en los comicios, declaró el presidente norteamericano. «El presidente ruso disputa con fuerza» las acusaciones de pirateo, continuó, antes de arremeter contra la investigación: «Es un desastre que ha tenido consecuencias negativas para las relaciones entre las dos principales potencias nucleares del mundo».
«ESTUPIDEZ» Posteriormente, un reportero le recordo a Trump un tuit previo a la reunión, reproducido incluso por el Ministerio de Exteriores ruso en tono laudatorio, en el que hacía recaer toda la responsabilidad del mal estado de las relaciones con Moscú a la «estupidez» y «tontería» en EEUU. Acto seguido, le preguntó si la parte rusa no tendría también alguna culpa, obteniendo una respuesta vaga y poco contundente: «Ambos países son responsables; todos hemos sido tontos».
Putin, por su parte, admitió abiertamente que prefería una victoria electoral de Trump ante Hillary Clinton, y ofreció la posibilidad de que los investigadores estadounidenses acudan a Rusia e «interroguen» a los 12 agentes del GRU recientemente acusados por el gran jurado en EEUU. Coincidiendo con la reunión de Helsinki, una ciudadana rusa fue detenida e imputada en Washington por trabajar para favorecer los intereses del Kremlin en calidad de agente de manera ilegal, informó el Departamento estadounidense de Justicia.
La actitud de Trump ante Putin, a quien dio más credibilidad que a sus servicios de espionaje, provocó una tormenta en Estados Unidos, en las filas demócratas pero también en las republicanas.
El jefe de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano Paul Ryan, pidió a Trump, que entienda que Rusia no es su «aliado». Por su parte, el senador John McCain se refirió a «uno de los peores días en la historia de la presidencia estadounidense».
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Putin aseguró con claridad que prefería una victoria electoral de Trump ante Hillary Clinton