El Periódico - Castellano

Daniel Ortega

Presidente de Nicaragua

- ABEL GILBERT

★★★★

La durísima represión por las protestas ciudadanas contra el dirigente ha vuelto a alcanzar cotas trágicas: al menos 10 personas fueron asesinadas el domingo pasado durante varios ataques atribuidos a fuerzas paramilita­res y de la policía nacional.

Ni siquiera el Mundial de fútbol, con sus ritos planetario­s, detuvo la sangre derramada en Nicaragua. Al menos 10 personas fueron asesinadas el domingo en varios ataques atribuidos a fuerzas paramilita­res y de la policía nacional. La ola de violencia se concentró en Masaya, cuna de la Revolución de 1979, a unos 30 kilómetros de Managua.

De acuerdo con la Asociación Nicaragüen­se Pro Derechos Humanos (ANPDH), seis de los muertos son civiles, entre ellos dos menores de edad. Cuatro policías antidistur­bios perdieron la vida en el barrio que lleva el nombre de un guerriller­o sandinista asesinado por la dictadura de Anastasio Somoza: Camilo Ortega fue una de las víctimas de la llamada Masacre de Las Sabogales, perpetrada el 26 de febrero de 1978. Cuarenta años más tarde, Daniel Ortega, hermano de uno de los héroes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es equiparado por una nueva generación de opositores con el mismo Somoza. Y por eso le reclaman que se vaya o adelante las elecciones.

De acuerdo con El Nuevo Diario, Masaya se vio alterada por la presencia de «civiles armados y encapuchad­os que se mueven en motos y camionetas sin placas, protegidos y escoltados por la Policía Nacional o como refuerzos de esta». Todos, según la publicació­n, tienen un rasgo que los identifica: su «comportami­ento criminal». Disparan en los barrios «sin contemplac­iones» y secuestran a jóvenes «que después aparecen en cárceles», abandonado­s en áreas públicas «con señales de torturas» o «muertos en morgues».

Operación limpieza

La llamada operación Limpieza, que el presidente Ortega y su esposa y copresiden­ta, Rosario Murillo, consideran un acto en legítima defensa frente al «terrorismo», se conoce pocos días después de que la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) redactara un informe lapidario sobre lo que ocurre en Nicaragua. La CIDH le exige a Ortega «desmantela­r los grupos parapolici­ales y garantizar el derecho de los ciudadanos a protestar de forma pacífica».

Antes que Masaya se viera sacudida otra vez por el terror, la misma CIDH había contabiliz­ado 264 asesinatos y 1.800 heridos en ese país centroamer­icano. Para la ANPDH, los decesos llegaban entonces a 351. La Conferenci­a Episcopal de Nicaragua (CEN) le pidió a Ortega y Murillo que den verdaderas muestras de interés por encontrar una salida consensuad­a a la crisis que estalló en abril, cuando fue rechazada en las calles la reforma del sistema de Seguridad Social. Como nunca antes, aseguraron los obispos, «los derechos humanos están siendo violentado­s en Nicaragua».

Un mes especial

Julio no es un mes más en ese país. Un día 19, pero de 1979, las columnas del FSLN entraron en Managua con fuerte respaldo popular y obligaron a Somoza a huir. El triunfo de la guerrilla había comenzado a cimentarse un año antes con la insurrecci­ón del barrio de Monimbó de Masaya.

Carlos Mejía Godoy compuso entonces el Himno Sandinista. «Daniel, detené ya este genocidio. Por la sangre de tu hermano Camilo, asesinado por el somocismo en Las Sabogales, pará ya esta barbarie. Se acerca el 23 de julio y el recuerdo de la sangre santa, de esa juventud aniquilada tiene que llevarte a meditar. En nombre de ese Dios, con quien te llenás la boca y el alma, dejá de matar», le ruega ahora Mejía Godoy.

Jóvenes secuestrad­os aparecen en cárceles torturados o en las morgues

«Daniel, ‘detené’ ya este genocidio», le canta Carlos Mejía Godoy al presidente

 ??  ??
 ?? AFP / MARVIN RECINOS ?? Opositores a Ortega Manifestan­tes en una marcha de Managua hacia Ticuantepe.
AFP / MARVIN RECINOS Opositores a Ortega Manifestan­tes en una marcha de Managua hacia Ticuantepe.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain