¿Qué juegos nos esperan en el cielo?
La lectura de uno de mis libros me ha dejado algo impresionado. Y la impresión causada no tiene nada que ver con el hecho de la calidad o la mediocridad del libro en cuestión. Se trata de una obra que lleva el siguiente título: Temps afegit. El caso es que me ha producido esa cierta impresión el hecho de darme cuenta de que es un libro que escribí en el año 2000 y que publicó al año siguiente la editorial La Campana. Y escribo estas líneas cuando ya estamos a punto de entrar en el 2019, casi dos décadas después. Como acostumbraba a decir una abuela mía: «¡Virgen!»
La vida nos acompaña con una dosis de azar considerable. Y, de hecho, yo mismo siempre he dado
Aún no he sentido el decisivo pitido que indica que se ha terminado el partido
mucha importancia a la suerte, al azar. Desde el nacimiento hasta la muerte, la vida está jugando con nosotros, aunque se conceda mucha importancia a las decisiones que nosotros tomamos a lo largo de ella. Era el cantante Raimon, si no me equivoco, quien cantaba unos espléndidos versos del clásico poeta del siglo XV Ausiàs March. En el magnífico tema Veles e vents, dice, hablando de la vida y la muerte: «En juego de dados os acompañaré».
Miles de dados actúan en nuestras vidas. Y no es ahora, sino desde hace muchos años, que mantengo lo que escribí: me siento como el jugador de la ruleta que, habiendo apostado muchas veces, llega el momento en que se ha gastado todo lo que había previsto y se encuentra en el bolsillo una ficha olvidada. PIENSO
que he tenido suerte, bastante suerte en la vida. Al juez de la vida le pido un imposible, ya lo sé. Pero no me sabría mal acabar empatando el partido conmigo mismo. En cualquier caso, el juego no ha terminado, todavía. Aún no he sentido el decisivo pitido que indica que se ha terminado el partido. Nunca he sido un rebelde, pero me gustaría que se pudiera jugar a algo, allá en el cielo.
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