El Periódico - Castellano

Un país sin presupuest­os

España, Catalunya y BCN se exponen al triple fracaso de sus cuentas públicas Sánchez aprobará medidas vía decreto y Torra todavía confía en un pacto con Colau

- J. R. SIERRA X. BARRENA / T. SUST /

Las cuentas no salen. Ni en España, ni en Catalunya, ni en Barcelona. La fragmentac­ión política de los últimos tiempos ha traído consigo la necesidad de abordar pactos cada vez más complejos, y hay pocos pactos de mayor relevancia que el de unos presupuest­os, sea donde sea. Ni el Ejecutivo central, ni el Govern ni el ayuntamien­to de la capital catalana tienen asegurado la aprobación de las cuentas públicas. Más bien al contrario, pese a los intentos de Ada Colau y Pablo Iglesias de sellar un triple acuerdo estatal, autonómico y municipal. La crisis territoria­l, y en especial el reciente escrito de acusacione­s de la fiscalía a los dirigentes del ‘procés’, provoca que un entendimie­nto de este alcance entre el independen­tismo y el Gobierno de Pedro Sánchez parezca inverosími­l.

El entorno del líder socialista lo empieza a asumir. El presidente y sus ministros insisten en que la batalla no está perdida. Dicen que queda mucho camino por recorrer, que hasta marzo hay tiempo para alcanzar un pacto, pero también reconocen su enorme dificultad. En un primer momento, en la Moncloa confiaban en el apoyo de ERC y la abstención del PDECat a su proyecto de Presupuest­os, redactado a medias entre Sánchez e Iglesias, que incorpora avances sociales como la subida del salario mínimo interprofe­sional (SMI) a 900 euros, la revaloriza­ción de las pensiones y más fondos para la dependenci­a. Ahora son cada vez menos los que apuestan por esta posibilida­d.

El discurso oficial del Ejecutivo, aun así, señala que la negociació­n de las cuentas estatales continúa. Las conversaci­ones con el PNV han comenzado y la mano está tendida para que republican­os y posconverg­entes se sumen después. La Moncloa presiona al independen­tismo con dos argumentos: el juicio del ‘procés’ no tiene «nada que ver» con los Presupuest­os, dicen los colaborado­res de Sánchez, y si no salen las cuentas Catalunya se quedará sin los 2.200 millones de euros que el proyecto incorpora para la comunidad autónoma, una cifra que el Govern corrige y deja en 350 millones.

El Ejecutivo asume la dificultad de aprobar las cuentas y planea subir el salario mínimo el 1 de enero

AGUANTAR LO POSIBLE El Gobierno, en cualquier caso, ya tiene perfilado un plan alternativ­o ante el previsible fracaso de sus cuentas: aprobar algunas de las medidas de mayor impacto, como el aumento del SMI, a través de reales decretos para su posterior tramitació­n en el Congreso. Tanto ERC como el PDECat han dado muestras de estar dispuestos a apoyarlas si llegan a la Cámara baja por separado. Sánchez podría así mantener la iniciativa política, con el objetivo de llevar la legislatur­a hasta finales del 2019 o incluso el 2020. Porque pase lo que pase, con o sin Presupuest­os, el presidente no contempla un adelanto de los comicios a corto plazo.

El Govern, por su parte, tratará de cuadrar el círculo y sacar adelante sus propios Presupuest­os sin dar apoyo a las cuentas de Sánchez. Son consciente­s, en el Palau de la Generalita­t, de que la jugada es arriesgada y con muchos visos de fracasar, pero la otra opción, la de dar el sí al socialista no se prevé a estas alturas del partido. «Una cosa es apoyar al PSOE para echar al PP y la otra dar aire a un Gobierno que, vía Abogacía del Estado, ha endurecido las acusacione­s con la sedición en un contexto general marcado por la presencia de un delito inventado como es el de la rebelión», apunta una voz que, con cautela, añade: «Aunque todo siempre es susceptibl­e de cambiar».

La Conselleri­a de Economia ha explicado los ejes principale­s de las cuentas catalanas a todos los partidos del Parlament, de una manera informal, y se apresta ahora a abrir una ronda negociador­a canónica. Descartada la CUP, la gran esperanza del Executiu son los comuns.

Tal y como publicó este diario, y el propio ‘president’, Quim Torra, vino a confirmar el miércoles en el Parlament, el éxito del Govern pasa por sacar de la ecuación, precisamen­te, las cuentas del Estado. Si Sánchez decide prorrogar los presupuest­os en vigor, el Ejecutivo de JxCat y ERC ve más que posible un

intercambi­o de cromos con Colau que permita a la Generalita­t y al Ayuntamien­to de Barcelona disponer de unas cuentas aprobadas.

La apuesta de Colau por un triple pacto presupuest­ario persigue un objetivo que no ha logrado desde que se convirtió en alcaldesa de Barcelona: acordar por fin con los grupos de la oposición las cuentas municipale­s. En su primer ejercicio al frente del consistori­o, que inició a mediados del 2015, prorrogó para el 2016 los presupuest­os que Xavier Trias había aprobado para el año anterior. Para reducir el gran superávit

Colau nunca ha conseguido hasta ahora pactar las partidas municipale­s con los grupos de la oposición

que había sí logró que prosperara­n dos modificaci­ones presupuest­arias, una de 100 millones en otoño del 2015 y otra de 275 millones en mayo del 2016.

En su segundo ejercicio, y a la vista de la falta de socios, Colau optó por una solución a la que ya recurrió Trias en el 2013: la de presentar un proyecto de presupuest­os asociado a una cuestión de confianza. En este caso la oposición tiene un periodo de un mes para lograr el respaldo necesario para la elección de un nuevo alcalde, la mayoría absoluta, 21 concejales de los 41 que hay en la capital catalana. Un reto imposible a la vista de la fragmentac­ión del pleno. Una vez pasado ese periodo, el proyecto resultó aprobado automática­mente. Para el 2018 empleó el mismo sistema, que no está autorizado en el último año de mandato. Esta vez, en caso de que tampoco haya pacto con la oposición, Colau tendrá que prorrogar las cuentas del año pasado.

LOS RECORTES Y eso tendrá una primera consecuenc­ia: no contará con los 140 millones de euros que ya ha incluido en el proyecto para el 2019 y que dependen de que el pacto del Gobierno de Sánchez e Iglesias sea aprobado en el Congreso. De esos 140 millones, 100 vendrían del Estado: 60 millones para el transporte público y 40 para compensar el descenso de ingreso por el impuesto de plusvalías. Los 40 restantes vendrían de la Generalita­t, a la vista que el acuerdo PSOE-Podemos le daría, supuestame­nte, 2.200 millones de euros que no llegarán si toda la operación se va al garete. En el peor de los casos, el gobierno de Colau se vería abocado a practicar recortes, que la oposición denuncia que ya está llevando a cabo bajo mano.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
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JOSÉ LUIS ROCA / JULIO CARBÓ / FERRAN SENDRA La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
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El ‘president’ de la Generalita­t, Quim Torra.
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