La anomalía del bloqueo presupuestario
Tras el no de Quim Torra a los Presupuestos presentados por el Gobierno de Pedro Sánchez, lo más probable es que las cuentas elaboradas por el último Ejecutivo del PP tengan que ser prorrogadas. Si se produce esta situación, se deberá a dos motivos: la falta de mayoría parlamentaria para aplicar el acuerdo al que llegaron el PSOE y Unidos Podemos, pero también al hecho de que los partidos independentistas condicionen su apoyo a los Presupuestos a cuestiones que no tienen nada que ver, como la exigencia de que Sánchez presione a la fiscalía para que rebaje las acusaciones contra los presos por el ‘procés’, algo que el presidente no puede hacer. Uno de los líderes encarcelados, Jordi Sànchez, ha llegado a pedir que no se relacionen las dos cosas, pero por ahora se impone la línea dura de Torra y Puigdemont, secundados en este asunto por ERC.
Sánchez reitera que no convocará elecciones y que si es preciso prorrogará los Presupuestos para introducir las medidas sociales que contienen mediante la aprobación de decretos. Tendrían que contar con los votos de quienes ahora se oponen a aprobar las cuentas. Esta es una primera dificultad. La segunda es que algunas medidas –el subsidio para mayores de 52 años, el ingreso mínimo vital, las ayudas a la dependencia, la supresión del copago y el aumento de la dotación para educación, entre otras– necesitarían para poder adoptarse modificaciones presupuestarias dando de baja otras partidas para cuadrar las cuentas. Otras medidas, como el aumento del salario mínimo, la subida del IRPF para las rentas altas o las modificaciones sobre los alquileres, serían más fáciles de adoptar por decreto.
En cualquier caso, como destacó ayer Ada Colau, dirigiéndose al PDECat y a ERC, «las clases trabajadoras no se merecen pagar los platos rotos de las políticas de judicialización del PP». En el mismo acto, Pablo Iglesias alertó de que si el PSOE fracasa, la alternativa es «un Gobierno de PP, Ciudadanos y Vox», ante lo que instó a socialistas y a independentistas a ceder para que puedan aprobarse las cuentas. La situación de bloqueo actual significa que tampoco habrá presupuestos de la Generalitat, porque los ‘comuns’ no los votarán, ni del Ayuntamiento de Barcelona. Una situación impropia de una democracia en la que no se pude condicionar todo a la situación de los presos, pasando por encima de la separación de poderes.
No se puede condicionar todo a la situación de los presos, pasando por encima de la separación de poderes