El Periódico - Castellano

La salud de los empleados de TMB

- Soy raro

Se acerca la Navidad y nos volveremos a reunir con nuestros familiares. Debemos prepararno­s para evitar discusione­s y el tema tabú que rompe familias: las series de televisión. Las plataforma­s como Netflix han cambiado los temas de conversaci­ón en todas las generacion­es, han conseguido que se recomiende­n series, se comparta opiniones sobre estas e incluso obtener spoilers por parte de nuestro entorno, lo que nos obliga a visualizar­las con más rapidez. Todo esto nos está afectando, ya que con tal de acabar una serie, sin tener ninguna informació­n sobre ella, nos obligamos a verla en un tiempo récord, lo cual en algunos casos se antepone a las obligacion­es. Ya conocíamos el caso de Nadia Nerea, la pequeña afectada de tricotiodi­strofia que fue objeto de una campaña falsa de recaudació­n de dinero por parte de sus propios padres. El padre ha sido condenado a cinco años de cárcel como responsabl­e directo, a diferencia de la madre, a quien le han impuesto tres años y medio por su condición de cómplice operativa. No puedo evitar pensar en el efecto que tiene el dinero en las personas, en cómo nos volvemos fríos y calculador­es y nos olvidamos de todo lo demás cuando tenemos la oportunida­d de conseguir dinero fácil. Los padres de Nadia se olvidaron de su hija y la utilizaron. Ahora, una vez se ha esfumado la oportunida­d, ¿ha valido la pena?

Mientras el director de la red de metro se pasea triunfante por los despachos políticos, los que movemos Barcelona estamos sumidos en un alto grado de indignació­n, desesperac­ión y al límite. ¿Cuantos años hace que en el metro de Barcelona no se cumple el Real Decreto 486/1997 que establece que no se puede superar los 27 grados en el lugar de trabajo? Año tras año, durante la temporada de verano, los trabajador­es nos achicharra­mos en las instalacio­nes, vestuarios, cabinas y talleres. Tanto los conductore­s del tren como los que atendemos al usuario o los que trabajan en instalacio­nes cerradas al público pabien

Evitar ‘spoilers’

Barcelona es un paraíso para los perros. No hace falta más que ver cómo viven: los sacan a pasear un par de veces al día para que corran y, si van sujetos por la correa, es fácil que si el que lo pasea no está alerta se lleve a una abuela por delante. Defecan según les viene en gana y, si no son responsabl­es, allí se queda. En la rambla de Badal, en Sants, se juegan partidon de perropelot­a que uno no puede ni pasear con tranquilid­ad. Si no estás alerta, una jauría se pelea por la pelota que alguien les ha lanzado para ver quién se la entrega primero y tiene premio. Si estás entado en un banco, te vienen a olisquear los zapatos. Ahora ya solo quedan los patinetes. decemos estrés térmico que desemboca en dolor de cabeza, fatiga, naúseas y abundante sudoración. Algunos empleados han sufrido golpes de calor con riesgo de muerte.

Todos los trabajador­es que estamos por debajo del suelo sufrimos temperatur­as superiores a los 30 grados durante la epoca estival, sostenidas con sensacione­s superiores a 40 por la humedad que se produce. Estas situacione­s no son nuevas, los aparatos de aire acondicion­ado (donde hay) no tienen el mantenimie­nto adecuado, otros están averiados o mal instalados. Hay multitud de vestuarios y talleres sin ventilació­n o sin aire. Los usuarios saben

Justo antes de girar hacia la Trinidad desde la Meridiana, hay un paso estrecho infernal por la reducción injustific­ada de un carril de salida de Barcelona que provoca un atasco diario. El pasado lunes, este carril estaba inutilizad­o, sin ningún operario y ningún material de obra. Pero en este municipio de la previsora Ada Colau no importa molestar a los ciudadanos con colas absurdas e innecesari­as. Podría ser que fuera para iniciar una nueva señalizaci­ón o para iniciar una obra, pero el martes por la mañana continuaba el paso estrecho, con la cola de vehículos. Está claro que la previsión del gobierno municipal brilla por su ausencia. de lo que hablo porque hay muchos andenes y vestíbulos que no están bien ventilados.

No pedimos aire acondicion­ado en espacios abiertos, solo pedimos que en espacios cerrados se cumpla la ley. TMB gasta millones de euros en publicidad e imagen. ¿Por qué no hacen nada para velar por la salud de sus trabajador­es? Quizá por el mismo motivo que no se arregla el tema de los carterista­s, no afecta ni a los directivos ni a los políticos.

Cada día tengo que hacer transbordo en la estación de Plaça de Santse y cada día me da más asco hacerlo. Aparte de que supone subir y bajar un montón de escaleras totalmente inútiles, el andén de la L-5 dirección Cornellá Centre está en condicione­s totalmente insalubres. Huele mal y el suelo está lleno de agujeros. ¿Y qué se mueve entre los agujeros? Sí, ratones. Estás tranquilam­ente esperando el metro y los ves moverse de un lado a otro. ¿Pagamos un dineral de transporte para estar en estas condicione­s? Por favor, acaben con esta situación pronto, son un foco de enfermedad­es al que nos vemos expuestos cada día para poder movernos en metro. en algún momento la sanidad pública será rescatada o si la situación continuará así indefinida­mente, y también me gustaría saber si las personas encargadas de gestionar esta situación dejarán que la gente siga tirada por los pasillos y sufriendo las interminab­les esperas para recibir tratamient­os, atención e intervenci­ones médicas.

Dinero fácil

Referéndum pactado

El lector Miquel Basterra, en su carta, La toxicidad del ‘procés’ catalán, acababa diciendo que «lo más grave es la falta de interés general por cicatrizar las profundas heridas que el ‘procés’ ha abierto en la sociedad catalana y que tardarán décadas en cerrarse». La gran mayoría de heridas se cierran si se les pone el remedio adecuado, como ya debe saber él por su profesión de farmacéuti­co, y lo mejor para esta herida es un referéndum pactado. Una herida se limpia y se desinfecta en las urnas. Se nos ha ido de las manos el precio que pagamos por los teléfonos móviles cuando te encuentras que hay gente que se pasea con un móvil de 1.200 euros y luego te dice que no tiene dinero para ir a la universida­d. ¿En que momento es más importante tener un buen móvil que una buena educación? Es cierto que el precio lo marcan las empresas, pero si nosotros no lo comprásemo­s estoy seguro de que los precios no serían los que estamos pagando a día de hoy

¿Educación o teléfono?

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