58 mesas y 16 licencias: guerra de terrazas en Ciutat Vella
La orden de retirar 4 mesas ante la puerta del distrito indigna a los restauradores
El pulso por las terrazas de bares y restaurantes, apaciguado en Barcelona tras el pacto del verano pero muy vivo aún en Ciutat Vella, afecta a todo el distrito, empezando por la mismísima puerta de su sede. Han sido exactamente cuatro mesas las que han vuelto a enrarecer las relaciones entre el Gremi de Restauració. Dos terrazas frente a la puerta principal del edificio municipal de la plaza del Bonsuccés, las de los bares Escac y Buenas Migas, recibieron la semana pasada una notificación por la cual las ocho mesas que les autoriza- ba a cada uno la licencia de que gozan durante el 2018 pasarían a seis. Los otros dos locales con mesas en la plaza, Bubbolitas (cuatro mesas) y el bar Castells (ocho) dicen no haber recibido, en cambio, ningún aviso.
La notificación que recibió el bar Escac de Bonsuccés establece que es necesario «un aumento de la superficie libre para destinarla a los peatones, favoreciendo el paso de vehículos de emergencia, vehículos de carga y descarga de mercancías y otros servicios, liberando los espacios frontales de los edificios». Enrique Santos, del bar Escac, sostiene que la diferencia de trato en la plaza tiene, en cambio, motivos menos objetivos: «Los dos locales a los que nos reducen las mesas organizamos una agrupación que le boicoteó una sesión participativa al distrito, con el apoyo de los vecinos de estas fincas, que decían que no molestamos y que era mejor para la seguridad de la plaza que estuviesen las mesas». En cambio, denuncia que la tetería Bubbolitas, que no ha recibido ninguna notificación y según él lleva años con terraza sin licencia, «hicieron campaña a favor de Barcelona en Comú» y «la concejal Gala Pin pasa cada día por delante sabiendo que es una terraza ilegal».
INFRACCIONES EN XUCLÀ Sobre las actuaciones en Bonsuccés, Pin alega que si hay «incumplimientos» y llegan quejas vecinales, el ayuntamiento no puede dejar de actuar y de enviar a la Guardia Urbana aunque se esté negociando. Y a dos pasos, en la calle de Xuclà, insiste, lo ha tenido que hacer ante los «incumplimientos reiterados» de la normativa. Aunque en el caso de Bonsuccés, la notificación municipal no hace ninguna alusión a infracciones, lo de Xuclà sí tiene miga.
A dos locales, que en su día tuvieron licencia para 14 mesas cada uno, se les redujo a ocho y han recibido el aviso de que perderán más espacio. Al lado, otros dos bares sin licencia visible reunían el sábado 30 mesas. La queja es de los bares vecinos con licencia: «Cumplíamos con las ocho, pero en vista de que al lado hacen lo que quieren, hemos vuelto a sacar las 14». El resultado: el pasado sábado, en un tramo con licencia para 16 mesas, se apelotonaban 58.
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