El Periódico - Castellano

Sin defensa alguna

«No pueden venir aquí y hacernos cuatro goles, y menos al Barcelona», se queja Vidal

- MARCOS LÓPEZ

No fue solo culpa de la defensa. Que lo fue. Pero el drama defensivo del Barça radicó, sobre todo, en la tremenda debilidad que transmitió durante más de 90 caóticos minutos. Caóticos porque todo lo que había inyectado Valverde en el curso pasado (solidez, equilibrio y, sobre todo, fiereza defensiva) quedaron diluidos con la visita de Quique Setién, un técnico genuinamen­te cruyffista. Le quitó el balón al Barça, lo sometió a un inacabable rondo y, al mismo tiempo, lo desnudó firmando cuatro goles que delatan la magnitud de la crisis azulgrana. «Esto es un tesoro, marcar cuatro goles aquí. A todos los que les gusta el fútbol de verdad, que tratan de ver más allá del resultado, seguro que le ha gustado lo que hemos hecho», contó el técnico bético. «Para la gente que ama el fútbol este es un partido para enmarcar».

El Barça debe enmarcarlo, pero para no repetir tal sucesión de errores que han provocado la segunda derrota de la temporada. En Butarque, el equipo de Valverde quedó inerte.

Sin personalid­ad ni capacidad de reacción para sortear un minuto caótico del Leganés, al que no halló respuestas. En el Camp Nou hacía ya 15 años que ningún equipo le metía cuatro goles. Llegó el Betis de Setién y esas tres semanas sin Messi, que habían sido inmaculada­s, fueron al traste. Justo la tarde en que volvía Leo al campo. «Se comenzó mal el partido. Ellos aprovechar­on las dos ocasiones. No podemos perder puntos así de local. No pueden venir aquí y hacernos cuatro goles, y menos al Barcelona. Debemos mejorar mucho eso. Pero mucho», reclamó después Arturo Vidal.

No le falta razón. El Barça de Valverde (capítulo dos) ha recibido 18 goles en las 12 primeras jornadas de la Liga. Una cifra escandalos­a que retrata las tremendas disfuncion­es de todo el equipo. No basta con mirar atrás. Resulta necesario mirar a los 11 jugadores. Incluido Ter Stegen, cuyas manos se derritiero­n después de haber dejado dos excelentes paradas. Hasta Marc se contagió del desastre.

Extrema fragilidad

En el Barça de Valverde (capítulo uno), la defensa era casi un arte. Hace un año, a estas alturas (jornada 12 de la Liga), el Barça solo había encajado cuatro goles. Ahora suma ¡18!. Para entender la auténtica dimensión del problema toca ir al mes de abril de este año. Era la jornada 32 de la temporada 17-18. Entonces, el equipo de Valverde había recibido 17 goles. O sea, nueve meses de fiabilidad. Ahora en cuatro

El Barça ha encajado 18 goles en 12 partidos; en la temporada pasada recibió 17 en 32 jornadas

meses encaja 18, seis en los dos últimos partidos: dos del Rayo Vallecano, cuatro del Betis.

«Ellos han ganado el partido en el primer tiempo. Ha sido decisivo», contó Valverde, reconocien­do que el «balance defensivo» de su equipo no fue bueno. «¿Por qué tantos goles encajados? Nos han llegado bastante sueltos, pero en ese toma y daca no controlamo­s tanto», dijo el técnico. «Sabemos el problema que tenemos, encajamos muchísimo. Debemos mejorar mucho», confesó Gerard Piqué.

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JORDI COTRINA Aleñà y Ter Stegen, tras el tercero.

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