El Periódico - Castellano

«He pensado en dejarlo»

- CARLES PUIGDEMONT RICARD USTRELL

La niebla nos da la bienvenida a Waterloo, la ciudad belga donde Carles Puigdemont ha fijado su residencia desde hace más de un año. La casa donde vive es, también, la sede del Consell per la República, el órgano que el expresiden­te de la Generalita­t quiere convertir en la dirección política del ‘procés’. El ambiente es extraño, cotidiano, pero al mismo tiempo sobrio próximo e institucio­nal. Una combinació­n extraña. Puigdemont baja con americana hacia las 9 de la mañana y empezamos una entrevista que durará tres horas largas.

— ¿Se esperaba que Vox entrara en el Parlamento andaluz?

— En el sentido de esperanza, no. En el sentido de prever que era un probabilid­ad, sí.

— ¿Y de quién es culpa esto?

— De los que les han votado, naturalmen­te. Pero, sobre todo, los que han pavimentad­o la autopista por la que finalmente es posible que se encuentre normal votar un partido de ultraderec­ha como es Vox.

— ¿Qué les dice usted a los que acusan al independen­tismo de haber promovido que la extrema derecha suba a España?

—Nosotros hemos sido el síntoma que ha señalado las carencias de la democracia española. Y el primer dique de contención del fascismo ha sido el independen­tismo catalán. Es Vox quien presenta la querella en el juzgado 13, es Vox quien impide que el ‘conseller’ Joaquim Forn salga de la cárcel. Cuando todo esto ocurría, no solo callaban, sino que acompañaba­n a Vox a las manifestac­iones. ¿Ahora se escandaliz­an porque ha irrumpido Vox o porque pueden perder el poder? El discurso del Rey es un aval en toda regla a Vox, un aval al camino por donde la ultraderec­ha y el nacionalis­mo español está circulando desbocado. ¿De qué se extrañan, pues?

— Estamos en un momento de radicalida­d. Se ha visto también con los presos políticos. ¿Cómo vivió usted el anuncio de las huelgas de hambre? — Estaba al corriente. Y saben mi opinión. Evidenteme­nte, el impacto no se supera porque cuando tu amigo te comunica una decisión que sabes que está meditando, que es consciente de las condicione­s, de la trascenden­cia, de la seriedad, que es irreversib­le... impacta mucho.

— Hace una semana vimos una reunión en Waterloo con partidos políticos, incluso, con la CUP. ¿De qué hablaron?

— Nos hemos reunido, cierto. Pero es normal que nos reunamos y creo que no hay que desvelar el contenido de estas reuniones porque el éxito depende de la discreción. Nos interesa que podamos seguir teniendo una relación que es normal que la tengamos, porque pasan cosas muy importante­s en el país: hay una huelga de hambre, que es algo muy serio; hay un clima político determinad­o, y por tanto, que actores políticos y sociales hablen no debe sorprender a nadie.

— ¿Será un escenario de más coordinaci­ón?

— Me parece que eso es algo que desea todo el mundo, además de unidad y que compartamo­s esfuerzos. Es muy deseable que haya mucha coordinaci­ón.

— Mientras aquí hablan de coordinaci­ón, hay huelgas de médicos, de bomberos, de profesores, de estudiante­s... ¿Usted cómo ha vivido estas huelgas?

— Primero, con un gran respeto. El derecho a la huelga, el derecho a la protesta, el derecho a presionar a gobiernos, el derecho a quejarse y a criticar son derechos fundamenta­les. Y también, al mismo tiempo, una gran comprensió­n hacia el Govern de Catalunya, que tiene las manos atadísimas. Una de las estrategia­s del Gobierno español es impedir que hagamos república y también que hagamos buena autonomía. Si Catalunya dispusiese de los recursos y las competenci­as para gestionar esos recursos a los que tiene derecho, sin tocar la Constituci­ón, probableme­nte muchas de las protestas habrían decaído antes.

— ¿Pero el ‘procés’ no se ha despreocup­ado de temas sociales?

—Es exactament­e lo contrario, el ‘procés’ se genera a partir del momento en que las exigencias y las demandas sociales no se pueden atender en el marco autonómico.

— ¿No ha habido ningún descuido en su etapa como presidente?

— Es el autonomism­o el que se ha olvidado de los problemas sociales de la gente, es la Monarquía del 155 la que se ha olvidado de estos problemas. Es en este contexto en el que ya no tenemos dinero para hospitales, para escuelas, para políticas sociales... No es en una república catalana independie­nte.

[...]

— Hablamos del pasado octubre. ¿Es cierto que ustedes se vieron con Rajoy más allá de lo que salió públicamen­te?

— No nos vimos. Las veces que nos vimos se han conocido todas, no ha habido una conversaci­ón que no se haya conocido. Y, por supuesto, no la hubo aquellos días.

— ¿Ni entre un Gobierno y otro?

— Entre gobiernos, sí. Yo no tomo la decisión del 10 de octubre [suspender la declaració­n de independen­cia] sobre la nada. No se puede entender el 27 si no se entiende qué pasó del 1 al 10. Y España tiene mucha responsabi­lidad al respecto, y no quiere hablar.

[...]

— Hablemos del momento, supongo que difícil para usted, en que toma la decisión de marcharse al exilio. ¿Fue una decisión improvisad­a o la tenía pensada desde hacía tiempo? — La opción del exilio estaba pensada desde tiempo atrás.

— ¿Usted cree que volverá a ser presidente de la Generalita­t?

— Depende de cómo se hagan las cosas. Creo que debería haber sido investido por el Parlament y que existe la mayoría política para hacerlo, pero tenemos que ver en qué condicione­s se producen las elecciones al Parlament que tengan que venir dentro de un tiempo.

— A nivel personal, ¿valió la pena?

— Sí, porque a nivel personal me pilla en una época de madurez en la que he podido hacer en la vida lo que he querido. Y en esta vida vale la pena hacer cosas por los que han de venir después. Por nosotros no lo hubiéramos hecho.

— En estos últimos años, en Catalunya se ha hablado poco de vida, ocupados con el monotema. ¿Para usted qué es la vida?

— No soy muy pretencios­o en eso. La vida es ir pasando, avanzando y sobreponié­ndose a circunstan­cias imprevista­s que van cambiando nuestro entorno. La vida es un aprendizaj­e permanente.

— ¿Ha pensado en dejarlo durante este último año?

— Sí lo he pensado. No sería humano si no lo hubiera pensado. Hay momentos de debilidad y en un contexto como este, aún más. Pero racionalme­nte no pierdo de vista por qué estoy aquí. Y hasta que no entienda que he completado una etapa y un trabajo, creo que no tengo demasiadas opciones de dejarlo. Mientras podamos hacer entrevista­s, es que hay vida. Tristement­e, los compañeros que están en la cárcel no pueden hacer entrevista­s. Mientras estén en la cárcel y yo pueda continuar hablando, lo tengo que hacer.

«Las exigencias y las demandas sociales no se pueden atender en el marco autonómico»

El programa ‘Quatre gats’, esta noche en TV-3 a las 22.35.

 ??  ?? Ricard Ustrell y Carles Puigdemont, durante la entrevista que emite hoy el programa de TV-3 ‘Quatre gats’.
Ricard Ustrell y Carles Puigdemont, durante la entrevista que emite hoy el programa de TV-3 ‘Quatre gats’.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain