Sanidad: menos culpas y más vergüenza
La semana pasada me quedé pasmado al oír a un diputado del Parlament opinando sobre la huelga de los médicos de atención primaria. Culpaba al Estado español, que estrangula a la sanidad de nuestra comunidad, y menospreciaba la protesta al no considerarla esencial en el momento político actual. Claro: si fuéramos una república esto se hubiera resuelto. Pues no, señor, esto no es verdad. Yo he sido enfermero durante 42 años; he pasado por el mayor ambulatorio de Barcelona, por el hospital de Vall d’Hebron y el de Bellvitge, y le puedo enumerar muchos de los problemas de nuestra sanidad, empezando por cuando se subvencionaba el hospital General de Catalunya porque hacía aguas y siguiendo con haber sido los pioneros en los recortes y en déficit de personal y la centralización de todas las áreas de atención primaria bajo las gerencias departamentales en Catalunya. He vivido durante más de 20 años las colas en urgencias donde trabajaba y no se han solucionado, con el consiguiente estrés cada invierno de todos los profesionales.
Quizá habría que hacer una reflexión y emprender recortes de mandos políticos, parlamentarios y sus dietas, y que todo este efectivo repercutiera en esta sanidad deficitaria. Seamos humildes y reconozcamos que somos la comunidad autónoma en la que más problemas sanitarios conviven. Intenten resolver estos problemas económicos sin culpar a nadie, ni siquiera al Estado. No es normal tener una lista de espera de aproximadamente 170.000 personas y que a algunas las vayan derivando a las mutuas privadas concertadas con el ICS.
Por favor, menos culpas y más vergüenza, e intenten remediar y dar soluciones al gran problema que tenemos desde antes de iniciarse los recortes sanitarios. Trabajen por los ciudadanos y su salud. Hay que tener iniciativas, dejarse de tanta política ficción y ahorrar energías para definir unos presupuestos reales.