El Periódico - Castellano

«No vamos a parar»

Desde la plaza de la Bastilla hasta los Campos Elíseos, los manifestan­tes explican los motivos para seguir saliendo a la calle

- E. C.

Cuando se dieron cuenta de que era inútil seguir bloqueando las rotondas de la ciudad normanda de Carentan, porque lo único que conseguían era incordiar a la gente, Romain, un trabajador de 35 años, y cinco amigos, decidieron alquilar un coche y desfilar pacíficame­nte desde la plaza de la Bastilla hasta los Campos Elíseos de París.

«No somos ni de extrema derecha ni de extrema izquierda. Solo queremos justicia y más igualdad», dice Romain mientras se ajusta el chaleco amarillo. A ninguno de ellos les ha disuadido el dispositiv­o policial desplegado en la capital.

Creen que el propio Gobierno infiltra radicales para desacredit­ar el movimiento iniciado el 17 de noviembre contra la subida de la gasolina y reclamar una mejora del poder adquisitiv­o. «La protesta va más allá de las tasas. Estamos dispuestos a pagar más caro el gasoil si todo el mundo entra en el juego ¿Por qué no pagan los barcos y los aviones?», se pregunta.

A la altura de la plaza de la República, Mariza, una jubilada de 64 años de la región de Picardía, denuncia la política de Macron con los obreros y los jubilados «Estamos hartos de todos los impuestos camuflados», sentencia. Mariza tampoco se fía del Gobierno. «Avanza un paso y retrocede 10, así que seguiremos manifestán­donos mientras no tengamos más poder adquisitiv­o», asegura.

Abucheos a la policía

Sanela, una parisina de 38 años, también quiere mostrar su solidarida­d con el movimiento. «Pienso en madres solas con hijos que viven con 500 euros al mes y en mujeres que tienen un trabajo a tiempo parcial y ganan 900 euros. Es inaceptabl­e», explica.

La comitiva de manifestan­tes abuchea a los policías parapetado­s frente a la estatua de Marianne mientras un joven subido en un monociclo da vueltas tocando una gaita escocesa. Entre las pancartas, una que muestran dos chavales: «Macron, te Trump pas». Un ingenioso juego de palabras que dice «Macron, no te equivoques».

La gente sigue diferentes recorridos. Patrick y Catherine, una pareja de jubilados de 65 años, enfilan la calle de Château d’Eau. Es la tercera vez que vienen a la capital. «Y si hace falta volver, volveremos. No vamos a parar así como así», advierten. Ella cree que si el Gobierno hubiera anulado la tasa de los carburante­s antes no se habría llegado al actual clima de tensión.

«La gente habría parado. Pero ahora quieren ir más lejos y, la verdad, no está tan mal. Hay que decir basta.», apunta. «El problema de Macron es que no sabe nada de política», apostilla él. La pareja camina y habla de jubilacion­es de 1.200 euros por las que pagan unos impuestos de ricos, de gente que no puede poner la calefacció­n y de los 300.000 euros que se gastará Brigitte Macron en cambiar la moqueta del Elíseo

«No somos ni de extrema derecha ni de extrema izquierda. Solo queremos justicia»

mientras hay cada vez más gente en los comedores sociales.

Pasado el mercado de Saint Martin la situación se vuelve tensa. El dueño del bistró Le Réveil du Dixième empieza a desalojar la terraza. «Vamos a cerrar porque no podemos garantizar la seguridad de la gente», dice. Las tiendas de la zona están abiertas, aunque la responsabl­e de una vinatería no deja de mirar hacia la calle por si tiene que bajar rápidament­e la persiana metálica. «El único problema es que me quedo encerrada», explica mientras atiende a un cliente que busca whisky francés. «¿Un whisky que se llama Bastilla? Ese no, que soy monárquico». El cliente, reacio a los ecos de la revolución, apoya paradójica­mente a los chalecos amarillos. «Los franceses estamos llenos de contradicc­iones», suspira la vendedora.

«Los chalecos amarillos están hartos. Los pobres atacan a los ricos. ¿Qué es lo que rompe la gente? Los bancos y las tiendas de lujo ¿Por qué van a los Campos Elíseos? Porque es en los barrios ricos donde está la pasta», concluye Patrick mientras se despide camino de la que los franceses llaman la avenida más bella del mundo.

«Pienso en madres solas con hijos que viven con 500 euros al mes, es inaceptabl­e»

 ?? AFP / ZAKARIA ABDELKAFI ?? Dos agentes, ayer, en plena batalla campal en los Campos Elíseos.
AFP / ZAKARIA ABDELKAFI Dos agentes, ayer, en plena batalla campal en los Campos Elíseos.

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