«La idea es que los pederastas no se vayan de rositas»
MARÍA LUISA CARCEDO Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social
María Luisa Carcedo lleva menos de tres meses en el Ministerio de Sanidad, al que llegó desde el Alto Comisionado para la Pobreza Infantil tras la dimisión de Carmen Montón. En este corto periodo de tiempo, la veterana socialista asturiana, médico y cirujana de profesión, ha continuado con las prioridades fijadas por su antecesora, pero también ha abierto nuevos frentes, con el objetivo de «consolidar el sistema nacional de salud», adaptarlo a los avances científicos, revertir los recortes y luchar contra las desigualdades.
— Desde que el PSOE llegó al poder, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales y Consumo ha desarrollado una intensa actividad, empezando por la universalización de la sanidad. Sin embargo, varias entidades denuncian que sigue habiendo problemas e inmigrantes sin papeles que, después de ser atendidos, reciben la correspondiente factura. ¿Se ha solucionado este tema?
— No me ha llegado ningún imput de que continúe habiendo problemas. El 25 de noviembre comentamos la situación con los consejeros autonómicos, dado que el real decreto está vigente, independientemente de que se esté tramitando como ley. Cuando se apruebe definitivamente, sacaremos el reglamento que matiza y puntualiza las cuestiones que hay que ajustar, pero la recuperación de la universalidad está vigente y no debe haber ningún problema.
— Y si en este tiempo a una persona le llega una factura o se le deniega la atención, ¿qué debe hacer? —Resolver el problema en la Comunidad Autónoma en cuestión. Pero las administraciones son responsables y no es esperable que haya ningún problema, más allá de alguna cuestión anecdótica o puntual que no se nos ocurra ahora de casuística, pero toda persona que resida en España tiene derecho a ser atendido.
— El Gobierno ha prometido revertir poco a poco los copagos farmacéuticos pero, si no sale adelante el Presupuesto, ¿se podrá hacer vía decreto?
— Estamos trabajando con el escenario de que se aprueben los Presu- puestos. En el caso de que esto no fuera posible, ya hablaríamos de qué alcances podrían tener los reales decretos, qué contenidos y qué cuantías.
— También tienen en la agenda aprobar una ley contra la violencia infantil. ¿Cuáles serán sus principales contenidos?
— Es una ley compleja, que la hemos sometido a mucha participación de las entidades, incluso de los niños, que nos sugirieron varias cuestiones. Además, abarca sectorialmente a políticas que afectan a muchos ministerios. La ley está enfocada, en primer lugar, a prevenir cualquier tipo de violencia en los ámbitos donde se desenvuelve la vida cotidiana de los niños. Para ello hay que regular aspectos preventivos y un sistema de detección de cualquier indicador que podamos identificar como una alerta ante un hipotético caso de violencia, con protocolos, para ver qué signos, qué palabras, nos pueden indicar una situación de maltrato. Además, la ley tiene una parte punitiva, sobre cómo se castiga a los pederastas.
— La vicepresidenta comunicó al Vaticano que el delito de abusos a menores sería imprescriptible.
— Ese asunto aún está en debate. La idea es que se establezcan plazos, de forma que cuando la persona ya adulta decida denunciar, no lo haga en un momento en que prescriba. — ¿Pero ampliando los plazos o haciendo que el delito no prescriba nunca?
—No está decidido. Estamos trabajando con los expertos en Justicia porque todo eso hay que armarlo en nuestro marco constitucional y penal. La idea es que [los pederastas] no se vayan de rositas y dar a las víctimas un plazo sosegado y de tranquilidad para que puedan hablar cuando consideren que están en condiciones de hacerlo y hayan conseguido digerir el trauma.
«La ley contra la violencia infantil establecerá un sistema de detección de los abusos a niños»
— ¿Irá al Consejo de Ministros antes de fin de año?
— La idea es que llegue al Congreso en el próximo periodo de sesiones, que empieza en febrero.