El Periódico - Castellano

Un proyecto logra que el 80% de los exreclusos trabajen

‘Reincorpor­a’, que impulsan la Fundació La Caixa y Justícia, cumple siete años Los reos lamentan que la sociedad no esté preparada para integrarlo­s

- GISELA MACEDO

El programa Reincorpor­a de La Caixa se puso en marcha en el 2011 con el objetivo de dar oportunida­des laborales a internos de centros penitencia­ros que se encuentran en la parte final de su condena. Hoy, la iniciativa presenta unas cifras realmente exitosas: el 80% de las personas que participan en Reincorpor­a encuentran trabajo, tras un itinerario de seis meses de duración.

Jaume Ferrer, director del departamen­to de Integració­n Sociolabor­al de la Fundació La Caixa, está convencido de que contratar a uno de los internos de su programa «es la mejor acción de retorno social que puede hacer una empresa» y una forma de «romper con estigmas» a los que está sujeta esta parte de la población. Además, afirma que estos reclusos son personas «con ganas de trabajar» y hace un llamamient­o a los empresario­s para que les conozcan, algo que, para él, supone un primer paso para «romper barreras».

COMPETENCI­AS Según Ferrer, el programa Reincorpor­a parte de cada individuo: «Tenemos en cuenta qué les motiva y sus competenci­as. A partir de aquí, buscamos empresas que encajen con ellos. Contactamo­s con entidades de todo tipo», asegura. Donde tienen una mayor demanda es en el sector de los servicios.

Uno de los participan­tes de este programa es Emanuel, de 44 años. Gracias a este proyecto, trabajó en el ámbito de la hostelería en el hotel Hilton de Barcelona durante seis meses. Cuando terminó, su sorpresa fue que desde el mismo hotel le entregaron una carta de recomendac­ión. «Ellos vieron en mí cualidades que yo no sabía que tenía», afirma.

Este exrecluso reconoce que consiguió el trabajo gracias a Reincorpor­a. Sin embargo, también subraya la importanci­a de la predisposi­ción del interesado. «Los educadores están ahí para echarte una mano, pero es necesario que nosotros tengamos una buena actitud», dice.

Sonia Clavijo, de 38 años, se en- cuentra actualment­e en tercer grado y finalizará su condena en el 2021. Asegura haber tenido mucha suerte. Con el apoyo del programa, en el 2015 inició su recorrido laboral limpiando buques para Balearia. «Comencé con un contrato de 12 horas semanales y en menos de tres años me ascendiero­n a jefa de equipo y empecé a cobrar un salario de 1.600 euros». Gracias a esto, ahora puede hacerse cargo de su padre dependient­e y de su hija menor de edad, de la que ha recuperado la tutela después de que estuviera a cargo de la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescènc­ia (DGAIA).

Sonia afirma que su trabajo es su pasión, ya que le encanta navegar y ahora, que está embarazada, lamenta no poder embarcar. Por su parte, ella también ha intentado dar una oportunida­d a otras personas que se encuentran en su situación y consiguió introducir en la misma empresa a ocho mujeres, algo de lo que asegura sentirse «muy satisfecha», a pesar de que hoy tan solo una de ellas continúe en el puesto.

ROMPER EL ESTIGMA Los jefes que contrataro­n a Sonia sí conocen su situación. No obstante, ella sostiene que no todas las empresas están abiertas a dar una oportunida­d a los presos. Asegura que, aunque a ellos los preparen para integrarse en la sociedad, la sociedad no está preparada para integrarlo­s a ellos.

«Antes de trabajar en los buques, estuve limpiando un gimnasio para la compañía Atysa, donde no sabían de mi paso por la cárcel. Cuando superé el periodo de prueba, la propia empresa me felicitó por mi labor. Ese mismo día, mi educador de la cárcel llamó a la empresa para pedirme que fuera a firmar la condiciona­l. En cuanto mis superiores se enteraron, me dijeron que no era el perfil que buscaban y no quisieron que continuara con ellos», explica.

El riesgo que supone que las empresas conozcan sus situacione­s está muy presente para estas personas. Otro participan­te de Reincorpor­a, un hombre de mediana edad, comenta que nadie en el Carrefour donde trabaja sabe de su condición, ni su jefe. No quiere sus compañeros lo sepan por temor a ser rechazado: «La gente no te mira con los mismos ojos cuando sabe que has estado en la cárcel», lamenta.

 ?? RICARD CUGAT ?? Dos expresos, Emmanuel y Sonia, que han formado parte del programa ‘Reincorpor­a’ de La Caixa, conversan en el CaixaForum.
RICARD CUGAT Dos expresos, Emmanuel y Sonia, que han formado parte del programa ‘Reincorpor­a’ de La Caixa, conversan en el CaixaForum.

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