El ansiado duelo final
River y Boca resuelven la Copa Libertadores en un clima futbolístico marcado por la ansiedad
Como dos insignes caballeros medievales en su último enfrentamiento, el mutuo, el deseado; Boca Juniors y River Plate van a poner fin este domingo (20.30 horas) a la final más larga de la historia. Lo van a hacer a 10.000 kilómetros de casa, tres semanas más tarde de lo que deberían (un mes después del partido de ida, 2-2 en La Bombonera) y tras haber superado todo tipo de vicisitudes y calamidades en un camino que les ha llevado, como a los vetustos protagonistas de las novelas de caballerías, por tierras y aventuras inimaginables, a veces inverosímiles, hasta llegar al momento culminante envueltos en una épica y una vorágine que solo podía generar la pasión argentina por el fútbol.
Ese delirio que ha provocado que la final de la Copa Libertadores tenga la resolución más rocambolesca que se recuerda, con tintes de epopeya legendaria, entre los disturbios, la suspensión, el traslado y la peregrinación masiva que ha inundado Madrid.
Aún ayer, a horas de que se dispute el partido, el TAS desestimó el último recurso de Boca, en el que pedía la suspensión cautelar. La última vuelta de tuerca que le faltaba a esta historia no tuvo lugar y, si ningún incidente de última hora lo impide, se podrá jugar. Se hará a un océano de distancia de dónde procedía, sin la mayoría de aficionados que compraron su entrada en primera instancia y en un continente diferente al que va a coronar campeón, una situación sin precedentes en la historia del fútbol.
Después del ataque al autobús de Boca, cuando se dirigía al Monumental de River, que postergó la vuelta de la final, todo el misticismo que rodeaba al superclásico se ha potenciado sin coto. Por encima del fútbol, lo que caracteriza a esta final es la épica. La sensación de que, gane el que gane, conseguirá un triunfo legendario, porque, además de todas las vicisitudes del último mes, los dos clubs más históricos de América se juegan por primera vez en una final, después de más cien años de enfrentamientos, el título de me-