El Periódico - Castellano

El ‘spam’ ideológico de los votantes ya es legal en España

La unidad Podemos-IU se rompió en el Senado 36 horas antes de la votación Una redacción más exigente del artículo desapareci­ó en marzo

- JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ

El retumbar de las redes sociales rompió la unidad de IU y Podemos la tarde del 19 de noviembre en el Senado. Los asesores del grupo detectaron una gran corriente crítica clamando en Twitter y Facebook contra la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos que se iba a votar dos días después; sobre todo contra una disposició­n final III que cambiaría la Ley Orgánica de Régimen Electoral para permitir a los partidos recopilar datos de opiniones políticas de las personas.

A Unidos Podemos-Senado no le importó que Unidos Podemos-Congreso hubiera dado el visto bueno antes a la ley. La mañana del 20, el grupo de Unidos-Podemos-En Comú Podem-En Marea en el Senado movió por los despachos una Propuesta de Modificaci­ón al dictamen de la Comisión de Justicia para eliminar la disposició­n final III.

ÚLTIMO INTENTO DE PARAR LA LEY Se lo pensó Ciudadanos, y aún la mañana del día 21 lo rumiaba Esquerra –según fuentes de la negociació­n–, pero por la tarde en vano advirtió la senadora en En Comú Podem Celia Cánovas desde el atril que «la aplicación de este texto da vía libre a los partidos para elaborar perfiles ideológico­s de los ciudadanos. Abre la puerta a que las opiniones políticas sean grabadas y almacenada­s». No rompió el pacto que ya venía del Congreso. Llegada la votación, lucieron en el marcador de la Cámara Alta 220 síes y 21 noes. Cánovas solo había convencido a Compromís y a Nueva Canarias. Así fracasó el último intento de parar una ley impopular en titulares de prensa y trinos de internet.

NI CASO Lo que parecía mero trámite en el Senado se convirtió en un quebradero de cabeza para la alianza de izquierdas ante las quejas de los activistas proprivaci­dad digital, liderados por el abogado barcelonés Carlos Sánchez Almeida, que preside la Plataforma en la Defensa de la Libertad de Informació­n. «Después del caso Cambridge Analytica no nos podemos fiar de los partidos –advierte–. Ahora solo nos queda el Defensor del pueblo o recursos ante la Audiencia Nacional. Esto va a tener recorrido procesal, seguro».

Los senadores de Unidos-Podemos hablaron con su compañero valenciano de IU Ricardo Sixto, diputado experto en protección de datos que había dado el visto bueno al artículo en el Congreso, pero no le hicieron caso. Han pasado ya días y todavía protesta indignado, a preguntas de EL PERIÓDICO: «Pero ¿cómo ibamos a aprobar para los partidos algo que ni siquiera se le permite a la policía? Se han dicho y publicado barbaridad­es sin fundamento. ¡Hay prácticas prohibidas y van a seguir prohibidas, como hacer perfiles personales!».

Podemos no ha materializ­ado la promesa de Cánovas de llevar la nueva ley al Tribunal Constituci­onal. Para Artemi Rallo, diputado socialista y expresiden­te de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), «algunos han querido creer que se legaliza el spam masivo electoral, y no es verdad. Hacer ficheros con perfiles ideológico­s se castiga con hasta 20 millones de multa. Otra cosa es la prospecció­n de datos anónimos, detectar las preocupaci­ones de los ciudadanos, pero sin identifica­ción personal». blico cuando se ofrezcan garantías adecuadas».

Y quizá no habría sido tan polémico de haber sido más explícito en sus prohibicio­nes. En el año de cincelado parlamenta­rio (24 de noviembre del 2017 a 21 de noviembre del 2018), se cayó por el camino una enmienda que lo perfeccion­aba.

PREVIA EVALUACIÓN «Nadie objetó nada», cuenta Rallo, el diputado que la propuso. Se llamaba Enmienda 331, y al punto 1 añadía: «Cuando la difusión de propaganda electoral en redes sociales o medios equivalent­es se base en la elaboració­n sistemátic­a y exahustiva de perfiles electorale­s de personas físicas, deberá realizarse una previa evaluación de impacto relativa a la protección de datos personales (…) Dicha difusión no podrá realizarse cuando se identifiqu­e un alto riesgo para los derechos y libertades de las personas y no se adopten las medidas necesarias para impedirlo. Quedan prohibidas las actividade­s de propaganda electoral basadas en la elaboració­n de perfiles electorale­s en redes sociales o equivalent­es cuando no se informe a sus destinatar­ios sobre su finalidad…».

Hasta el 18 de abril pasado, el artículo iba así. Artemi Rallo explica que la 331 desapareci­ó «porque recibimos consejos de técnicos sobre que esas cautelas ya están recogidas en el artículo 35 del Reglamento Europeo de Protección de Datos (REPD, que se aplica en España), y no hacía falta repetirlo en la Ley, y sobre que es mejor dejar abiertas las garantías exigibles y no limitarlas a unas cuantas».

El artículo 35 del REPD obliga a quien vaya a tratar datos sensibles «para los derechos y libertades de las personas» (como los ideológico­s) a hacer una evaluación previa de impacto pidiendo a la AEPD su opinión.

DESCONFIAN­ZA Pero la Agencia no les parece a los críticos gran garantía. «Se supone que una agencia independie­nte no influye en una votación parlamenta­ria, en todo caso se pronuncia después», se queja Sánchez Almeida. Se refiere al comunicado que la AEPD emitió la mañana del 21 de noviembre, ante el ruido creado: «El texto del proyecto no permite el tratamient­o de datos perso-

«Tras el ‘caso Cambridge Analytica’ no nos podemos fiar de los partidos», dice un activista proprivaci­dad

nales para la elaboració­n de perfiles basados en opiniones políticas».

Ha debido seguir con interés el proceso de la nueva ley una agencia de campañas electorale­s y segmentaci­ón de datos. Se llama Public y la creó Pablo Alzugaray en octubre pasado, mes y medio antes de la votación en el Senado. Su creador es el dueño de Shackleton, agencia que fue pionera en admitir que le hacía la campaña a un partido. En este caso, el PP, en el 2015 y el 2016. Los mismos años en que a los populares les asesoró Isabelle Wright, experta en Big Data de Silicon Valley que ayudó también a Obama, Macron y Mateo Renzi.

Alzugaray fue el que difundió el primer vídeo de Mariano Rajoy andando deprisa, ese deporte tan suyo. Para esta nueva marca, el empresario publicitar­io ha fichado a dos exmiembros del gabinete del presidente popular: Andrés Medina y Abelardo Bethencour­t, forjados en las secretaría­s de Comunicaci­ón y de Análisis y Estudios del PP y, después, en Moncloa.

Public ha nacido dos años después de que se posicionar­a en España otra agencia especializ­ada en minería de datos. Se llama Afiniti, vino de Estados Unidos y, con inteligenc­ia artificial, puede aportar valiosa informació­n a bancos, asegurador­as… o partidos que hagan campañas desde call centers.

En EEUU dirige la compañía Zia Chishti, experto en tecnología que preside también la filial española. Su segundo es Zach Hudson, abogado de Yale que, antes de entrar en este negocio, fue oficial de ingeniería del submarino nuclear de la US Navy Santa Fe. El directivo de confianza de ambos en España se llama Alonso Aznar Botella.

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MARIA SAVENKO Tres personas consultan sus teléfonos móviles en la calle.

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