Un táper pestilente y rancio para Ada
Al ataque. Esta parece ser la última consig- na que le han dado a TV-3 sobre cómo de- ben tratar a Ada Colau. Estos últimos días, en Sant Joan Despí estaban expectantes con Ada. Cargaban fundamen- talmente contra Valls. También contra Collboni. Pero sobre todo
Valls. Es el gran argumento. El malo. La maldad personificada. Lo dejaron para el arrastre. En realidad eran avisos para Ada. Un clima televisivo colosal en forma de comentarios, adverten- cias, presión mediática en suma, no fuera Ada a equivocarse y aceptar los votos de Satanás en
lugar de pactar con el arcángel Ernest Maragall.
El jueves por la tarde, no obstante, 24 horas antes de que se pronunciasen las bases de En Comú Podem, en el programa Tot es mou y en la guinda final del programa, Aló Waterloo, ya le dedicaron a Ada Colau unos cuantos suvenires personalizados. Tengo anotados algunos requiebros delicados: «Gran hipocresía (..) Maldad ética (..) La neutralidad no es ino- cente, ¡es culpable! (..) Es inde- cente, es un boicot político inde- cente, lo de Els Comuns es una indecencia». Y así mucho rato. ¡Ah! Un gran ejemplo de perfec- ta neutralidad desde la gran tele- visión pública, en teoría de to- dos los barceloneses, de todos los catalanes.
En Polònia, poco después, remacharon el clavo. Mejor sería decir, la puñalada. La ventaja que tiene Polònia es que lo hace desde el hu- mor, desde el sarcasmo. Es una ventaja relativa. Por un lado te ríes. Pero el nivel vir- triólico es acollonante. Re- crearon a Ada Colau senta- da en una silla, y delante de ella colocaron a múltiples
Colau. ¡Ah! Una forma tre- menda de acusarla, de de- cirle que tiene muchas caras. Muchos disfraces. El instante más sangrante fue cuando se presentó frente a ella una Colau enjoyada: collar de oro, perlas, diamantes, bolso de alta gama, o
sea, la Colau versión alta burguesía de Tres Torres o Pedralbes. «Voy vestida así porque ahora pacto con las élites. Te traigo este táper. ¡Te lo tienes que comer!», le dice la Colau enjoyada. Y la Colau alcaldable exclama con asco: «¡Eso huele! ¡Huele a
rancio!». Y la exquisita de Pedralbes se lo aclara: «¡Claro! ¡Son los votos de Valls! Es como tú: no es catalán ni es español. ¡Equidistantes!». Cierro este análisis sobre el pressing televisivo, y las bases ya se han pronunciado: la alcaldesa debe ser Ada Colau. ¡Ah! Temo que en Sant Joan Despí pasen del pressing a la tortura, de inmediato.