La clave Canadell en la Cambra
Hubo una antesala del ‘procés’ que casi nadie recuerda. Fue durante la última legislatura de Pujol. Jordi Porta conquistó la presidencia de Òmnium Cultural en noviembre del 2002 y Joan Laporta, la de FC Barcelona en junio del 2003. En el primer caso,
Porta consiguió que la entidad catalanista dejara de ser una simple correa de transmisión de la plaza de Sant Jaume gracias a la respiración financiera asistida que le daba la Generalitat en tiempos de Josep Millàs. Jóvenes profesionales que se habían curtido en las luchas universitarias de los 80 y 90 modernizaron Òmnium y empoderaron a sus socios prescindiendo de las subvenciones
públicas. Desde entonces, Òmnium dejó de bailar al ritmo de la ducha escocesa de CiU y pasó a tener vida propia hasta convertirse hoy en una de las asociaciones más potentes de Catalunya, solo superada por el Barça. Unos meses después, Laporta ganó por sorpresa a Lluís
Bassat, el candidato del establisment al club que quiere ser más que un club. Se puso en brazos de Cruyff y emprendió un sueño de títulos y superávits. Supuso una ruptura definitiva con la era de Josep Lluís Núñez, que tuvo a lo largo de sus mandatos un acuerdo de no agresión con el pujolismo. Porta y Laporta tuvieron mucho que ver en el desplazamiento del mainstream catalanista al independentismo.
La candidatura Eines de País –auspiciada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC)– a la presidencia de la Cambra de Comerç tiene algo del aroma de las victorias de Porta y Laporta hace casi 20 años. El nuevo presidente, Joan Canadell, se ha servido de un cambio de sistema de votación para empoderar a los pequeños y medianos empresarios que, más que convertirse al independentismo, se han sublevado contra el statu quo de la institución a la que muy pocos le habían prestado su atención. Canadell se ha aprovechado de ello para tumbar a los candidatos oficiales. Pero si quiere seguir la estela de Porta y Laporta, su foco no puede ponerlo en la autodeterminación, sino en la gestión. Òmnium y el Barça son las dos principales asociaciones de Catalunya porque han tenido un gobierno eficiente, no porque hayan hecho soflamas cada semana. Si Canadell aplica ese principio, aún tiene alguna posibilidad.