El director huye del melodrama y opta por adaptar la obra «con enorme sensibilidad»
Ávila pasa de leer pasajes del libro de Rhodes a empatizar totalmente con él para transmitir sus sentimientos, su manera de enfrentarse al dolor y a la locura. El trabajo de movimiento y danza junto a Carla Tovias es una de las claves del montaje. También lo es la música. Una casete con una grabación en vivo de la versión para piano que Ferruccio Busoni hizo del segundo movimiento de la segunda partita para violín de Bach, la Chacona, ayudó a Rhodes en sus peores momentos. Jordi Busquets, colaborador habitual de Quimi Portet y Albert Pla, responsable del espacio sonoro, utiliza diferentes versiones. Él mismo ha creado una Chacona electrónica.