París vuelve a apresar al etarra Ternera cuando iba a quedar libre
La justicia francesa retiene al exjefe de ETA tras dejarlo libre bajo vigilancia La fiscalía ordena su traslado a la DGSI mientras se tramita su entrega a España
Horas después de que un tribunal de París ordenara su puesta en libertad , la fiscalía francesa frenó ayer la salida de prisión del histórico dirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera, arrestado el pasado 16 de mayo en los Alpes franceses tras 17 años en la clandestinidad.
Ternera fue trasladado a dependencias de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) para comunicarle la euroorden de extradición cursada por la Audiencia Nacional para que sea juzgado por el atentado de la casa cuartel de Zaragoza en 1987.
Fuentes judiciales indicaron a Efe que esa notificación se le hará en un plazo máximo de 48 horas, y que después comparecerá ante la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París, que decidirá si vuelve a prisión o sale en libertad.
FUGAZ LIBERACIÓN La decisión de liberarlo bajo control judicial había sido adoptada ayer por la mañana por el Tribunal de Apelación de París (en contra del parecer de la fiscalía) tras analizar el recurso interpuesto por Josu Ternera a su ingreso en prisión provisional, y pareció sorprender al propio detenido y a sus hijos, Egoitz e Irati, que se abrazaron emocionados en la sala donde se celebró la vista. «Fue muy emotivo», dijo a la prensa Egoitz Urrutikoetxea, tras saludar un fallo judicial que, en su opinión, «ha tenido en cuenta la situación política en el País Vasco».
Josu Ternera ingresó el pasado 17 de mayo en la prisión parisina de la Santé, donde estaba bajo observación médica por los problemas de salud que arrastra desde hace años y que, según el propio detenido, se agravaron tanto en las semanas anteriores a su arresto que llegó a perder hasta ocho kilos de peso.
De hecho, cuando la policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, le localizó en el párking del hospital de Sallanches, iba a ser operado de la próstata. «Su estado de salud es incompatible con la detención», esgrimió ante la prensa Laurent Pasquet-Marinacce, abogado de la defensa, quien, no obstante, descartó que el fallo del tribunal se apoyara en ese motivo.
«No es una victoria del señor Urrutikoetxea. Es una victoria de la justicia, que ha entendido que no era necesario mantenerlo detenido antes del juicio, al que tiene intención de asistir», añadió la letrada Laure Heinich. El propio Ternera, en un alegato final antes de la deliberación de la corte, pidió su libertad bajo control judicial y prometió que cumpliría sus obligaciones.
«LA PALABRA ES SAGRADA» / «En el País Vasco, la palabra es sagrada», argumentó tras el cristal que separa el banquillo de los acusados del resto de la sala, adonde llegó poco después de las 10.30 horas. Su rostro estaba demacrado, llevaba gafas, el pelo canoso y barba de varios días. El dirigente etarra, de 68 años, ofreció como garantía que Louis Joinet, consejero de Derechos Humanos en Naciones Unidas y exasesor del presidente francés François Mitterrand, se ha comprometido a albergarlo en su domicilio.
Antes, su abogado había elogiado ante el tribunal el «combate de 30 años por la paz» librado por el dirigente etarra y el lugar «activo y central» que tuvo en todas las iniciativas que, desde finales de los 80, intentaron encontrar una salida al «conflicto entre ETA y el Estado español», desde las conversaciones de Argel hasta la lectura del acta de disolución de la banda en el 2018.
Se espera que el próximo 28 de junio el tribunal correccional de París fije el calendario para repetir los procesos del 2010 y el 2017 en los que la justicia gala ya condenó a Josu Ternera en rebeldía y que el etarra ha pedido que se celebren de nuevo.
Urrutikoetxea había huido de la justicia española el 14 de noviembre del 2002 al no comparecer como imputado en el
El Ministerio del
Interior afirma desde Madrid que «más tarde o más temprano» el etarra será juzgado en España
Tribunal Supremo, que lo considera sospechoso de haber ordenado el sangriento atentado de la casa cuartel de Zaragoza en diciembre de 1987, en el que murieron 11 personas. Tras conocer la decisión del Tribunal de Apelación, el Ministerio español del Interior dejó claro que «más tarde o más temprano», Ternera será juzgado en España.