Fiestas molestas
Se acerca lo que para muchos son las fiestas más molestas: la verbena de Sant Joan. Ahora que la gente empieza a concienciarse del problema de los plásticos, no estaría mal que se diera cuenta también de los problemas que genera esta fiesta tan desfasada.
Hay que señalar la cuestión de la contaminación acústica; con tanto ruido de petardo, los perros sufren una barbaridad, la gente mayor lo pasa mal y a las personas con problemas de corazón o con acúfenos en los oídos se les hace insoportable. La pólvora
hace que aumente la contaminación atmosférica y qué decir del estado de las playas una vez finalizada la fiesta.
¿No se podría celebrar la verbena sin tanto ruido y hacer de las hogueras el motivo principal de la fiesta? ¿Por qué el que quiere dormir tiene que fastidiarse? ¿No podrían poner un límite horario a partir de una hora razonable? Es hora de que empecemos a civilizarnos un poco.
David Delgado Técnico de sonido. Barcelona