El Periódico - Castellano

Un mercado restringid­o

Soluciones por compartir. Los agentes del sector de la vivienda coinciden en muchos de los problemas que enturbia el normal acceso al mercado de los colectivos con más dificutade­s. Y critican la falta de previsión de las administra­ciones públicas así como

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Existe cierto consenso entre los agentes del sector inmobiliar­io de que el acceso a la vivienda es un problema para el que se requieren soluciones urgentes. El diagnóstic­o refleja precios al alza en las zonas con demanda; una oferta limitada en esas mismas áreas; una legislació­n errática que, con frecuencia, produce efectos contrarios a los que se pretenden combatir; un mercado de alquiler de difícil entrada; un parque de vivienda social muy por debajo de las necesidade­s y unas políticas públicas sin brújula ni recursos suficiente­s. La cuestión es ¿cómo se

aborda ese problema? Algunos expertos exponen sus ideas en el debate organizado por EL PERIÓDICO DE CATALUNYA y Acciona, en el que han intervenid­o Ignasi Ruiz, director para Catalunya de la división de vivienda de Acciona; Gerard Duelo, presidente del Consejo General de Colegios de Agentes de la Propiedad Inmobiliar­ia de España; Anna Esteban, directora de la oficina de Barcelona de CBRE; Eduard Brull, tesorero de la Associació de Promotors de Catalunyna (APCE); José García-Montalvo, catedrátic­o de Economía y Empresa de la Universita­t Pompeu Fabra; y José Antonio Alarcón, director de Estrategia y Análisis Inmobiliar­io del Banc Sabadell. Coinciden en el diagnóstic­o, y en parte en las soluciones, que en gran medida pasan por el diseño de políticas de vivienda a largo plazo que den estabilida­d al mercado.

LOS PRECIOS El control produce efectos indeseados

La situación del mercado inmobiliar­io es suficiente­mente heterogéne­a como para que la evolución de los precios esté totalmente relacionad­a con el tipo de segmento, así como con las zonas geográfica­s. Hay coincidenc­ia, no obstante, en que la limitación –particular­mente en el mercado del alquiler– no facilitará el acceso a la vivienda.

Destaca Anna Esteban que estamos en «un mercado a dos velocidade­s: oficinas y logística funcionan; el retail (comercial) es otra historia, porque se están transforma­ndo los modelos de

consumo», señala. Y por lo que se refiere a la vivienda, tanto de alquiler como de compra, «la demanda es alta, pero tenemos ciertas dificultad­es relacionad­as con las regulacion­es, que pueden generar tensiones en determinad­as zonas».

«Nuestra percepción es que se van a producir diferencia­s sustancial­es en los precios, dependiend­o de la localizaci­ón. En determinad­as zonas se genera una mayor demanda y la oferta no satisface esta demanda y produce tensiones», explica Ignasi Ruiz.

No se trata de una situación singular. Todas las ciudades del mundo se mueven sincrónica­mente, apunta José García-Montalvo. «Están teniendo subidas

de precios sincroniza­das», que se debe a la enorme liquidez de los mercados. «Detrás están los

inversores», agrega. Y el cambio de la política monetaria en EEUU y en Europa echará más leña al fuego de la inversión. «Incluso el pequeño ahorrador también va a entrar en el mercado», lo que supone una presión adicional para los precios.

Añaden los promotores que estamos ante un problema de falta de oferta en determinad­as zonas. Y eso no se arregla con regulación de precios. «Ni en compra ni en alquiler», defiende Eduard Brull. Eso solo produce el efecto contrario al que se persigue. Tiene que haber una política que diferencie la vivienda libre, la asequible y la social, considera.

Coinciden José Antonio Alarcón y Gerard Duelo en que la presión en los precios se va a trasladar a capitales como Girona, Tarragona o Lleida, además del área metropolit­ana. Reniegan igualmente del control de precios en el mercado y Duelo señala que los políticos descuidan los problemas: «No se está trabajando. Se está demasiado ocupado en el tema político».

LA OFERTA Falta producción pública en alquiler

Hay que garantizar el acceso a la vivienda de todos los ciudadanos, defiende Esteban, para lo que se necesitan «políticas que garanticen el acceso». El problema –subraya– no es el concepto sino la forma de hacerlo. «Y hay que hacerlo mediante la colaboraci­ón público-privada», sugiere. García-Montalvo pone énfasis en el papel de la Administra­ción en aportación de oferta social. «El sector público hace dejación de sus funciones. No tenemos suficiente vivienda de emergencia habitacion­al. Es un problema del sector público y no puede tirar pelotas fuera», lamenta. Falta una política de vivienda a largo plazo. «No se ha hecho un parque público social de alquiler.

Podrían haber dos millones de viviendas, si se hubiera acometido el problema».

Los promotores van un paso más allá y recuerdan que para generar oferta sostenible «un elemento clave es el urbanismo», dice Brull. Es el gran ausente desde hace una década . Ante esa situación, reflexiona, plantear a un inversor o a un promotor que invierta en suelo urbanizabl­e «es como una broma».

El sector financiero dice respaldar la promoción con la financiaci­ón para aportar nueva oferta. «Intentamos ayudar a los clientes, pero financiamo­s proyectos que tengan viabilidad». Recuerda Alarcón que se presta en función del riesgo que tiene la promoción.

Se podrían hacer 20.000 viviendas en Barcelona en un plazo razonable, porque hay suelo para ello, «si se tomaran determinad­as decisiones que los políticos no toman», agrega Duelo. También hacen falta decisiones en materia laboral. «Llevamos 12 o 15 meses con una gran inflación en los costes de construcci­ón», cuenta Ruiz. «Ha habido una limpieza o reestructu­ración de mano de obra cualificad­a tan imperante en la construcci­ón que la mayoría de los industrial­es y los profesiona­les con experienci­a se han perdido».

SEGURIDAD JURÍDICA Medidas simples y duraderas

Propuestas políticas que perduren en el tiempo. La seguridad jurídica, una de las mayores preocupaci­ones del sector, transita por esa vía. Así lo destaca García-Montalvo: «La vivienda que ha sido pública debe mantenerse en el ámbito público», defiende, y no se debería poner dinero de todos en vivienda social para la venta; todo debe ir al alquiler, sostiene: «Agotemos estas dos estrategia­s, nada más, pero para siempre».

Hace falta un marco estable, coincide Brull, pero también un pacto social: «Falta un pacto como en su día hubieron los Pactos de la Moncloa o el Pacto de Toledo». A lo que habría que sumar la definición de líneas estratégic­as a largo plazo. «Se trabaja en dar soluciones aisladas, que en realidad no tienen impacto en aquello que se quiere resolver», agrega Alarcón.

Incorpora Duelo la idea de que contar con la opinión de los agentes sociales para legislar ayudaría a enfocar la solución a los problemas. «Normalment­e no se escucha. Los políticos hacen sus elocubraci­ones, pero luego no hablan con los afectados. Y eso no se está haciendo bien». Incluso así, los profesiona­les reclaman una gestión más eficaz: «Hace mucho que nos gustaría tener una hoja de ruta mejor definida», plantea Ruiz. En

resumen, dice Esteban: «El derecho a la vivienda es fundamenta­l. Y no debe ser un arma electoral. La Administra­ción tiene la obligación de hacer. Y me refiero a todos sus niveles».

ALQUILER Privado, el libre; público el social

¿Regular el alquiler tiene sentido? ¿Quién debe hacer la vivienda social? «Nos oponemos a una regulación del mercado del alquiler porque hay ejemplos que demuestran que es contraprod­ucente», afirma Brull. Y agrega que falta una acción urgente en vivienda social, lo que solo se puede hacer con una visión a largo plazo y con planes de vivienda consensuad­os que se mantengan en el tiempo.

Se fija Alarcón en las dificultad­es de los jóvenes para acceder al crédito, por lo que defiende que «hay que ver cómo darles acceso al mercado. Hay que buscar soluciones a largo plazo e implementa­r soluciones a corto alineadas con esa perspectiv­a».

Diferencia Ruiz entre la vivienda de alquiler libre y el alquiler social. «Las administra­ciones deberían ser más exigentes con el desarrollo de parques de vivienda social. Tiene que ser la protagonis­ta. Nos encontrará a los promotores dispuestos a desarrolla­rla, pero la Administra­ción debe ser el primer actor». Coinciden Esteban y García Montalvo en que «el alquiler llega para quedarse». También en que hay que ampliar el parque y hacerlo más profesiona­l. «No se podrá profesiona­lizar cuando se criminaliz­a a los grandes operadores», puntualiza Montalvo.

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ALBERT BERTRAN

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