Melcior Comes gana el Crexells ► El premio entierra las polémicas del pasado
Planeaba sobre la rueda de prensa con el ganador del Premi Crexells la sombra de las polémicas que envolvieron las dos últimas ediciones, la penúltima por galardonar un libro autoeditado
e imposible de conseguir en librerías, la última por la retirada en tromba de todos los finalistas tras una decisión del jurado que vulneraba las bases del concurso. ¿Qué ocurriría esta vez? No ocurrió nada. Nada más allá de lo literario, para alivio general. Se ha alzado con el galardón a la mejor novela publicada en catalán en el 2018 el trabajo del escritor mallorquín Melcior Comes Sobre la terra impura (Proa), la historia de una estirpe de zapateros de Inca con secreto de por medio y trasfondo de Transición española. «Una lectura aparentemente ligera que no renuncia a tratar temas interesantes», manifestó el ganador.
La 48ª edición del premio la adorna un fresco aire de punto y aparte, o al menos de comienzo de etapa. Jordi Casassas, presidente de la entidad convocante –el Ateneu Barcelonès–, expresó la satisfacción de la institución por «recuperar la normalidad del premio» y tachó de «irregulares» las dos últimas ediciones, marcadas por «dinámicas y circunstancias agregadas que no son agradables», y que lamentó en nombre de la institución. «Ya hay suficientes incertidumbres en este país para agregar otra», señaló.
«Es una novela planteada como un artefacto ambicioso, y sale airosa», dijo una integrante del jurado
Fruto de las convulsiones, cambio de formato: este año no hubo participación popular. Un jurado compuesto por dos periodistas culturales (David Castillo y Jordi Nopca), una librera (Marina Porras), una escritora (Ada Castells) y un académico (Joan Santanach) escogieron una lista de 11 finalistas a partir de las propuestas de cada uno. El nombre del ganador no fue producto de una decisión unánime, pero es que «la cosecha de este año ha sido muy buena», dijeron. Del tipo de literatura que propone Comes, que hable el propio autor.
«Hay que darle al lector una buena experiencia». «Creo que los libros deben ser entretenidos». «He tirado mucho de estilo, de la voz narrativa». Circularon nombres que de una forma u otra han influido al escritor, como Philip Roth, Balzac o Porcel. De Marina Porras fue el elogio contundente: «Es una novela planteada como un artefacto ambicioso, y sale airosa».