El divorcio de Valls: ‘Ne me quitte pas’
Transtornado el Gran Wyoming (El interme- dio, La Sexta) ante la ruptura de Ciudadanos y Manuel Valls, exclamaba: «¡Oh, mon Dieu! Pour-
quoi? ¿Cómo es posible que Ciudadanos, un partido teórica- mente centrista y antiindepen- dentista haya roto con Manuel Valls por haber rechazado la ex- trema derecha y por haber evita- do un gobierno independentista en Barcelona?». ¡Ahh! Estaba tan désolé, tan profundamente extra- ñado, que añadió: «¡No tiene sentido, es inexplicable!». Y pusieron entonces por la megafo- nía, a modo de arpegio poético y
musical, aquel extraordinario tema de Jacques Brel titulado Ne me quitte pas.
¡Ah! Interesante interpretación de El intermedio sobre lo que ha pasado. Es decir, podemos estar, o no, de acuerdo con Valls, pero ha sido consecuente con su ideario: no a la extrema derecha de Vox, y no a la independencia. Y añadieron: aquí quien navega dando inexplicables bandazos es Ciu- dadanos. Distinta manera de en- focar el caso ha sido la del TN ves
pre (TV-3) de esa misma noche del martes. Abrieron su infor- mativo exclamando: «¡Celestino en la colosal trinchera tele- visiva del ‘procés’, ahora, curiosamente, les irrita más Valls que Ciudadanos. ¡Ahh! Qué maravillas tiene eso de trufar la informa- ción con las consignas que más convienen en cada avatar.
Precisamente, sobre Celestino Corbacho tengo anotado un requiebro que le acaba de mandar a Valls, un souvenir muy delicado, cuan- do le entrevistaba Ferreras en Al rojo vivo ayer. Le lanzó este dar- do, escueto pero afilado: «¡Yo no he venido aquí a pasar un fin de
semana!». Tremenda puñalada. Eran socios amicales y entrañables hasta anteayer, y hoy en cambio le ha soltado: ¡tú no has venido a Barcelona a ser alcalde, tú has venido a veranear! Bárbaro.
Volviendo a El intermedio, la elección del Ne me quitte pas tiene mucha retranca. Se trata de una canción bellísima y profunda, eso es indiscutible. Pero su historia es decepcionante. Hasta canalla. Brel la compuso como supuesto acto de amor por la joven
Suzanne, llamada Zizou. Decía que temía perderla. La verdad es que fue Brel quien la dejó tirada, como un trapo, cuando se enteró de que estaba embarazada.