Humor francés en Eivissa
Protagoniza ‘Un verano en Ibiza’, película en la que interpreta a un podólogo chapado a la antigua que choca con la desmelenada vida de la isla balear NICOLAS SCHUL Mathilde Seigner y Christian Clavier, en ‘Un verano en Ibiza’.
Christian Clavier es sin duda uno de los actores cómicos más importantes del cine francés. Lleva más de 40 años dedicado a la profesión, aunque aquí lo conocimos gracias a la mítica Los visitantes (1993), junto a Jean Reno, quizás el primer gran éxito de taquilla de una película de humor francesa en nuestro país.
Más tarde llegaría la saga de Astérix y Obélix, franquicia en activo desde hace 20 años, y fenómenos que han traspasado fronteras como Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (2014). El cómico sabe que el boom de la comedia en su país no se trata de una moda y que el público siempre ha respondido bien a la originalidad de las propuestas. dice el actor. Uno de los temas que vertebran la película es el choque generacional y es precisamente lo que más le interesó a Clavier cuando leyó el guion, también las nuevas familias y de qué manera se van reconstruyendo. No le importa que en la película utilicen su físico o su conservadurismo para hacer con él comedia.
Reconoce que no ha practicado demasiado el drama (algunos papeles en series históricas), pero es que ama hacer comedia por encima de todas las cosas.
Si pudiera elegir a alguien con quien trabajar, sería Damián Szifron, el director de Relatos salvajes.
Entre sus próximos proyectos, otra película con Gérard Depardieu, con el que conforma un dúo cómico infalible.
«Una película contra la guerra no debe glorificarla y se puede decir que Apocalypse now lo hace. Ciertas escenas han provocado una actitud beligerante», reveló. Sin embargo, Coppola aseguró no sentirse culpable, ya que es consciente de «su papel en todo este proceso».
Este agosto se cumplen 40 años del estreno de Apocalypse now y para conmemorar el aniversario Coppola ha estado trabajando dos años en la nueva versión, en la que ha modificado el extenso metraje de Apocalypse now redux, centrándose en la moralidad humana como temática principal. «Realmente siento que esta versión logra más sobre ese tema que cualquiera de las anteriores», adelantó. o se sabe si es recreación o invención de
el probable autor de la Historia general de los piratas donde aparecen, narrados con profusión y detalle, los hechos y las ideas de esta comunidad singular. El caso es o parece que, en el siglo XVII, en el norte de Madagascar, un francés de buena cuna y un exdominico italiano fundaron una colonia anarquista, precursora de los primeros falansterios. Antes habían pirateado, pero no con calavera sobre fondo negro sino con bandera blanca, símbolo de sus buenas intenciones. Trataban a los vencidos de la manera más humanitaria, liberaban esclavos negros en nombre de la igualdad y abominaban tanto de la vida disoluta como de la discordia.
Por contraste con un gran número de piratas, caracterizados por su crueldad sin límites, por la bajeza de sus acciones y por la embriaguez permanente, los dos líderes de esta comuna fraternal eran personas de alta cultura. Además, cosa rara, poseían ideas propias y, lo que es más raro entre los más instruidos, eran hombres de acción que demostraron un valor extraordinario en el combate, así como una gran prudencia y contención en el regimiento de la cosa pública, administrada sobre el principio de la colectivización de los bienes. El excura, que se hacía llamar
debió de ser un predicador dotado de un poder extraordinario de persuasión. Fuera la cosmogonía suya o del propio no la hay más corrosiva contra las religiones ni contra la opresión y la explotación de unos seres humanos a cargo de unos cuantos aprovechados que ostentan el poder. Pasados los principios a la práctica, los ciudadanos de este pequeño paraíso renunciaban a su nacionalidad, francesa, inglesa u holandesa, y adoptaban el gentilicio latino de liberi, libres. Para fortuna del narrador, si no pasó de inventor, o por desgracia de la humanidad, Libertalia acabó mal, no por disensiones y peleas sino debido a la hostilidad de los nativos combinada con la acción devastadora de los temporales. Una lástima.
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