Pequeñas cosas
Una luz que se apaga y otra que se enciende. Nuestro mundo desapareciendo y otro renace. Después de haber tenido renombre y haber asistido a innumerables fiestas rodeado de egos inflados, manipuladores y oportunistas, verme obligado a recluirme en casa y sentir el abandono dulce callado de todo. Valoro de nuevo las pequeñas cosas; aquella tacita deslucida y amarillenta; aquella silla deshilachada; aquellas fotos antiguas; aquellos libros olvidados. Asomarme a la ventana y contemplar el cielo azul y sentir la grandeza y profundidad del ser humano.
Desastrosa gestión