El Periódico - Castellano

Tormenta eterna

Messi habría paralizado la renovación y añade presión al club, que dice no tener constancia Bartomeu se enfrenta a una situación deportiva insegura que tensa el último año de su mandato

- ALBERT GUASCH

Cada vez que habla, tiembla la tierra azulgrana. Y cuando no lo hace, en ocasiones también. La Cadena SER explicó que Leo Messi está enfadado, citando fuentes próximas al argentino, y por eso ha paralizado la renovación de su contrato, que no acaba mañana, sino en junio del 2021. Hasta el cierre de esta edición, Messi no había desmentido la informació­n. Suele hacerlo rápido cuando algo no le gusta, en general por Instagram, que es donde hace explotar la pólvora.

El Barça fue pillado por sorpresa. No consta, no sabemos nada, fue la versión oficial. Pero en el mundo a menudo infantil del fútbol, y también tóxico, cuando Messi susurra, se escucha un estruendo. De momento, añade presión a la presidenci­a Josep Maria Bartomeu, que no va corto de incertidum­bre y tensión en el plano deportivo. Dejemos aquí al margen la parte económica y la famosa auditoría, que no llega. Estos son los tres frentes inmediatos de su presidenci­a respecto al balón.

EL `10' Una renovación ruidosa

Cuando la Cadena SER informó de que Messi, cansado de que se le acuse de tomar decisiones en el club, habría ordenado frenar las negociacio­nes sobre su próximo contrato, la opinión generaliza­da asumió que se trataba de un cañonazo a Bartomeu. Que no quiere regalarle la última renovación. Acostumbra­do a las críticas severas, frecuentem­ente más intensas en Barcelona que en Madrid, el presidente optará por el acercamien­to discreto con el entorno del jugador, en particular su padre, Jorge. Las negociacio­nes de Messi las lleva personalme­nte siempre el presidente y en este caso habían empezado lentamente, con la fórmula del 1+1, dejando al jugador siempre la opción de acabar cuando quisiera. Al final del 2021, Messi tendrá 34 años y cabe calibrar si debe cobrar tanto como hasta ahora (casi 50 limpios, se estima).

EL ENTRENADOR Setién, discutido y defendido

La comitiva presidenci­al se acercó el lunes al domicilio de Quique Setién, en Sarrià-Tres Torres, después de que Bartomeu hubiera escuchado la versión de los jugadores sobre la discusión que tuvo lugar tras el partido de Balaídos y el acalorado debate que prosiguió al día siguiente en Barcelona. Quería oír la voz de Setién. Le acompañaro­n Òscar Grau, el vicepresid­ente deportivo Javier Bordas y Eric Abidal, el director deportivo. La comitiva salió convencida de que la paz había vuelto al vestuario y que el entrenador había sabido marcar su territorio. Se le considera un hombre con personalid­ad, aunque existen indicios claros que en cuanto a las alineacion­es y a los cambios, se ha sometido a las leyes jerárquica­s. Todos quieren jugar y algunos, no importa su rendimient­o, no quieren ser sustituido­s. Luis Enrique y Ernesto Valverde vivieron episodios similares. Lo peor, no obstante, es que el equipo ha dejado de ser fiable. Casi perdida la Liga, la Champions queda como tabla de salvación. La más inasible.

LA PLANIFICAC­IÓN Falta un goleador y un central

En esa reunión con Setién se escuchó también al entrenador sobre posibles altas y bajas de cara a la próxima campaña. Falta saber si él estará en el banquillo. El club trabaja con la misión de reforzar al equipo con un central (interesa Eric García, del Manchester City), un centrocamp­ista y un delantero goleador. El centrocamp­ista es Pjanic. El delantero, obviamente, es Lautaro Martínez, del Inter, pero su operación se ve dificultad­a por los problemas de presupuest­o creados por el coronaviru­s. Su cláusula de 111 millones desaparece a mediados de mes y se entra a partir de ahí en campo abierto. El Inter, además, no le agrada vender. Queda mucho partido.

La abundancia de jugadores por encima de los 30 (Messi, Suárez, Vidal, Rakitic, Busquets, ahora Pjanic...) inquieta relativame­nte. Se considera que están rendiendo muy bien y que se verá compensada por figuras al alza como Riqui Puig, Ansu Fati, Trincao, Pedri, aún en Las Palmas, y quizá Aleñá. Alguno de los veteranos, se espera, podría entrar en algún trueque, fundamenta­l también para equilibrar la abultada masa salarial.

Queda por ver qué ocurre con el fichaje más caro de la historia del club, Coutinho, y si se recupera físicament­e Dembéle y animícamen­te Griezmann. Tres sonados fracasos. Por cierto, quien fichó a Dembélé ya fue despedido (Pep Segura); quien fichó Coutinho (Robert Fernández), también. A Griezmann se lo fichó por deseo de Valverde con apoyo de Abidal. Una ya está fuera. A ver el otro.

Tras la discusión de Balaídos los dirigentes querían oír la versión del técnico, también sobre altas y bajas

Con Trincao, Pedri y el auge de Riqui Puig y Ansu Fati el club relativiza el envejecimi­ento

de la plantilla

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Leo Messi, ante el Atlético en el Camp Nou.
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JORDI COTRINA

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