El Periódico - Castellano

El Barcelona frente al espejo

Entiendo las quejas en torno al VAR, pero hay que preguntars­e por qué se han ido tantos puntos

- Jordi Cruyff SELECCIONA­DOR DE ECUADOR

El Barça ofreció contra el Villarreal el mejor partido que se ha visto en mucho tiempo, algo que tiene más valor contra un rival en racha. Tácticamen­te estuvo bien posicionad­o, creando ocasiones de gol, buen juego de combinació­n y sabiendo controlar el partido. Con Alba y Semedo teniendo llegada desde las bandas y Messi, Suárez y Griezmann en posiciones ofensivas más centrales, el Barça sometió al Villarreal con su superiorid­ad numérica en ataque. La presión rápida tras pérdida de balón fue otro de los aspectos positivos de este partido que invitan a soñar. La gran noticia fue ver a unos jugadores que se lanzaron claramente a por los tres puntos, inyectados de orgullo y dejando un claro mensaje: no van a arrojar la toalla, pelearán esta Liga hasta el final. No sería la primera vez que un campeonato se derremos cide en el último suspiro. Los nostálgico­s aún recordamos las ligas de Tenerife o el penalti fallido de Djukic.

Una diferencia de cuatro puntos con el líder no es un abismo. Entiendo las quejas en torno al VAR y la frustració­n que dejó el 0-1 a favor del Real Madrid en San Mamés. Donde hay humo, hay fuego. Pero no me voy a sumar a las voces que lo consideran el colmo de todos los males que rodean al barcelonis­mo. Coel riesgo de convertirl­o en la gran excusa cuando, en realidad, el Barça comenzó líder este tramo final de la temporada, pero tiene que mirarse ante el espejo para explicarse por qué se ha ido dejando puntos que han acabado cediendo terreno a su máximo rival. Y también para buscar internamen­te soluciones que ayuden a mejorar. Uno sólo puede mejorar cuando entiende lo que hace mal.

No se trata de echar la culpa al entrenador, ni a los jugadores. Tampoco a la secretaría técnica, ni a la directiva. El problema se llama negativida­d, el peor enemigo del club. Me refiero al famoso entorno, también interno, a los incesantes rumores y polémicas que inevitable­mente corroen el estado de ánimo en el ámbito deportivo. Se trata de un permanente estado de incertidum­bre que condiciona a un cuerpo técnico cuestionad­o en cada jornada y a jugadores que desde el mes de marzo saben que están señalados de cara al próximo mercado.

En el fútbol, como en la vida, se toman decisiones. A veces salen bien y otras mal. El que no toma decisiones, nunca se equivoca. Hay que saber asumir que habrá momentos más o menos favorables sobre el césped, pero convertir cada tropezón en un terremoto de alta intensidad no ayuda a la causa. Hace cuatro meses nadie diría que el Real Madrid sería un claro favorito para ganar la Liga, porque jugaba, y sigue jugando, sin arrasar. Pero le basta un gol para ganar los partidos, sin distraccio­nes desestabil­izadoras. El Barça tiene que aprender a capear su propio temporal. Contra el Villarreal emitió la primera señal de que sabe manejarse en aguas agitadas cuando se mira al espejo y revuelven su orgullo.

H

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain