Evaluemos lo que hacen
Vivimos momentos dificilísimos y la percepción ciudadana mayoritaria es que ni las instituciones ni los políticos están –muchos de ellos– a la altura, justo cuando más se les necesita. Pero es absurdo deducir de ello que «todos los políticos son iguales» (no es cierto en ninguno de los grupos humanos, ¿por qué tenía que ser en este?). Algunos responsables nos pueden haber decepcionado, pero es fácil comprobar que muchas personas se dejan la piel honestamente en la actividad política, tanto dentro de las instituciones como desde fuera, en mil batallas. Y sin hacer referencias concretas, es evidente que se están aprobando medidas muy diferentes en unas y otras administraciones, en función de quién gobierna ahora o de quién lo había hecho antes.
Además, la mayoría de personas no tenemos ni patrimonio ni contactos lo bastante importantes como para defender solo nuestros intereses más generales. Algunos lo pueden arreglar con unas llamadas a personas influyentes, pero al resto solo nos queda la denuncia en los medios y en las redes sociales, las campañas de movilización solidaria (sindical, vecinal...), y la gestión política que puedan hacer los responsables que sí optan por defender los intereses colectivos, que los hay.
De todos los poderes (económicos, políticos, mediáticos, judiciales, militares...) el poder político es el único que podemos elegir, votando en las elecciones. ¿De verdad nos da igual quién lo gestione? En las próximas elecciones del Parlament de Catalunya, evaluemos lo que han hecho unos y otros, recordemos los temas que más nos preocupan y no menospreciemos nuestra capacidad de incidir, porque tiraríamos piedras sobre nuestro propio tejado.