Una ciudad huérfana de prodigios
El escritor Eduardo Mendoza muestra su desazón sobre la capital catalana y la fuga de jóvenes mientras guarda en secreto la nueva novela que ya tiene terminada.
Aunque no lo parezca, el escritor Eduardo Mendoza también cumple años. Fue el pasado lunes. El mismo día en que participó en un debate en el Palau Macaya donde se habló sobre la Proyección Cultural de Barcelona. Mendoza, que vivió 11 años en Nueva York y ha pasado también etapas en Londres, ve a nuestra ciudad «un poco parada» y tiene la sensación de que se está expulsando a la gente joven. En fin, que este año se ha quedado sin celebrar su aniversario con esa peña de amigos canallas que antes de la pandemia se reunían una vez al mes.
Ahora, el Premio Cervantes pasa muchas horas en casa y, gracias a ello, me explica en primicia que acaba de entregar el tercer libro de su trilogía. Tras el éxito de El rey recibe, con más de 100.000 ejemplares vendidos, y de El negociado del yin y el yang, ya ha terminado la tercera novela. «Está previsto que salga en primavera». No me revela el título.
Gracias a Maragall
Con Mendoza hablamos de Pasqual Maragall que, capricornio cómo él, ha cumplido 80 años esta semana. «Tenía un talento extraordinario, una gran visión de futuro y sabía delegar. Barcelona todavía es grande gracias a Maragall». Lo dice una persona que lo tuvo alojado en su casa de Nueva York en 1973, cuando el exalcalde estudiaba en la prestigiosa New School for Social Research. Al menos esta maldita pandemia nos ha traído una nueva novela de este hombre tranquilo, sabio y educado. Un gentleman que ha aprovechado el confinamiento, pero que se ha aburrido mucho con el Barça. Bueno, como todos.
En el debate estaba también Miquel Roca que, después de nueve años, ha dejado su cargo de presidente del MNAC en favor del empresario joyero y mecenas Joan Oliveras. Roca, fue contundente sobre la posibilidad de albergar un Museo Hermitatge en Barcelona. «Estoy rotundamente en contra de gastar dinero en nuevos museos cuando los de la ciudad están empobrecidos». Dicho está.
El miércoles coincidí con la editora Ester Pujol. No para. Iba camino de la librería Documenta donde presentaba libro. Allí le esperaban los escritores Miquel Molina y Àlex Susanna. Me cuenta que le gusta mantener las presentaciones presenciales y me anuncia que la próxima semana sale a la venta un nuevo libro de Arturo San Agustín sobre Roma. Un autor al que su íntimo amigo Rafel Nadal, el escritor y periodista, define como el mejor escritor catalán en lengua castellana.
El 11% del PIB de BCN
De la cultura tradicional a la cultura industrial. Para ello me voy a la sede del Consorci de la Zona Franca. Paso por Fira Montjuïc 2 y se me remueve el cuerpo al no ver ni rastro de actividad. Todo cerrado. Me recibe el delegado especial del Estado que no es otro que Pere Navarro. El que fue alcalde de Terrassa y primer secretario general del PSC. Pues sepan que descubro que el Consorci no le cuesta ni un euro a la administración pública, que aporta el 11% del PIB de Barcelona, que contribuye a crear 137.000 puestos de trabajo o que allí mismo está ubicada la primera incubadora europea de impresión 3D.
A todo eso, me explica Navarro que en el edificio de Correos están preparando un centro de formación para las personas más desfavorecidas y que saldrán de allí con acuerdos laborables o que están a punto de inaugurar la catedral de las nuevas tecnologías, o sea el Hub Tecnologic D-Factory. En fin, que no sabemos lo que tenemos. Por cierto, los cuadros y pinturas que cuelgan de los principales despachos y pasillos del Consorci son de Miró, Tàpies, Barceló, Mariscal… La mayoría los compró Enrique Lacalle cuando fue el delegado del Consorci. Dan para una exposición.
El Consorci de la Zona Franca prepara un centro de formación laboral para las personas desfavorecidas