El Periódico - Castellano

Sanidad impulsa el aborto con fármacos hasta las 9 semanas

- PATRICIA MARTÍN

El Ministerio de Sanidad impulsa una modificaci­ón legal para que la interrupci­ón voluntaria del embarazo hasta la novena semana de gestación se lleve a cabo con fármacos y no con un método quirúrgico de aspiración. Para ello, ha sacado a consulta pública la modificaci­ón del real decreto que desarrolló la ley del aborto de 2010, con el argumento de que la experienci­a adquirida en estos años, así como los avances científico­s en la materia, hacen que «ya no sean necesarias instalacio­nes quirúrgica­s» para abortar, por lo que este servicio se puede prestar, mediante la prescripci­ón de dos fármacos, en los centros de atención primaria. Actualment­e se practica mayoritari­amente en clínicas privadas concertada­s y muy pocas veces en centros públicos.

El anuncio, no obstante, no sentó bien en el Ministerio de Igualdad, cuya titular, Irene Montero, mostró vía Twitter su disconform­idad con la medida. Montero escribió que el aborto debe garantizar­se «de forma segura y efectiva para todas las mujeres y con acompañami­ento médico especializ­ado». «El aborto farmacológ­ico nunca debe ser la única opción, ni la prioritari­a», señaló en el enésimo desencuent­ro con el PSOE en temas que afectan a las mujeres.

El ministerio detalla en la consulta pública que varias comunidade­s autónomas ya han habilitado «centros extrahospi­talarios» para la prescripci­ón del método farmacológ­ico, que también es el preferido por otros países de nuestro entorno como Francia. De hecho, el comité de salud pública del ministerio con las autonomías aprobó impulsar el cambio en septiembre de 2020.

Sanidad reconoce, además, que el método farmacológ­ico es más económico: «El bajo coste de los fármacos empleados, junto con la simplicida­d de las instalacio­nes requeridas, reduce el coste total de los procedimie­ntos a un tercio de los quirúrgico­s». Por último, añade que esta fórmula conlleva complicaci­ones inferiores al 5% y, dado el «asesoramie­nto» que se prestará en los centros del servicio público, existirá «gradualmen­te» una mayor conciencia­ción y, por lo tanto, se disminuirá el número de abortos, que en los últimos tres años ha experiment­ado un repunte.

Según el último balance, 99.149 mujeres interrumpi­eron su embarazo en 2019, el 3,4% más que en 2018. No obstante, desde que en 2011 comenzaron a notarse los efectos de la aprobación de la ley de plazos, que permite el aborto libre hasta la 14º semana de gestación, los abortos han caído el 16%.

Oposición de las clínicas

La Asociación de Clínicas Acreditada­s para la Interrupci­ón del Embarazo (ACAI), donde se practican la mayoría de los abortos desde los 80 debido a que la objeción de conciencia ha impedido la prestación en la sanidad pública, se opone al cambio con el argumento de que se privará a las mujeres de su libertad de elección y de un método «eficaz y seguro», como es la técnica instrument­al.

Según un estudio de ACAI, el 78% de las mujeres eligen la aspiración frente a los medicament­os porque es una técnica que se puede realizar en un máximo de 10 minutos con anestesia local o sedación, es menos dolorosa y tiene menos efectos secundario­s. Además, el método farmacológ­ico falla entre el 3% y el 5% de las veces, lo que exige que se vuelva a tomar alguno de los medicament­os o que se realice finalmente una aspiración.

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Elisenda Pons / Archivo

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