El coste económico
declaró ayer el primer ministro Suga, en sesión parlamentaria.
Y eso a pesar del sobrecoste que el aplazamiento ha supuesto para la organización: nada menos que 2.700 millones de dólares extras para alcanzar un presupuesto de 13.000 millones, aunque diversas fuentes todavía aumentan mucho más la cifra.
El COI, sin embargo, al margen de las palabras de Pound, no quiere ni oír hablar de cancelación
ha reiterado también Toshiro Muto, director general de los Juegos. Al COI, con o sin público en los recintos deportivos, la cancelación le supondría pérdidas millonarias en derechos de televisión por valor de 1.300 millones de dólares.
Pero las dudas sobre la cita olímpica llegan de todas partes.
ha advertido Keith Mills, vicepresidente del comité organizador de Londres 2012.
HNadie está en condiciones de hacer un pronóstico sobre los y afirmar, al cien por cien, que acaben celebrándose este verano como está previsto. Los vaivenes de la pandemia obligan a adaptarse día a día y el deporte no escapa a esa inquietante realidad, aunque la situación nada tenga que ver con la de marzo del 2020, empezando por las vacunas.
Pero hay algunas certezas que van tomando cuerpo. El Gobierno japonés está firmemente decidido a llevar adelante la organización. Su primer ministro
expresó ante el Parlamento japonés la voluntad de un país donde las cifras de la pandemia (350.000 casos y 4.800 fallecidos desde el inicio) están lejos de las que mantienen en jaque a Europa.
El mantiene su hoja de ruta sin atender a planes B, asesorado por los expertos médicos de la Y quizás la evidencia más reconfortante de todas: el deporte ya ha demostrado su fuerza para superar la adversidad. La Champions, la NBA, las grandes pruebas ciclistas, los Mundiales de motos y F1 o los Grand Slam de tenis son algunos de los muchos ejemplos de competiciones resueltas con éxito este último año sin poner en peligro la salud de los deportistas, lo que debe ser prioritario.
Los Juegos serán muy diferentes a lo que conocemos si se hacen realidad. Referentes olímpicomo o han apuntado algunas de las claves, como la posible ausencia de público, en una suerte de espectáculo solo para televisión.
Pero no es solo una cuestión económica para frenar el duro golpe (7.000 millones de euros) que supondría cancelarlos.
es la meta para cerca de 16.000 deportistas (olímpicos y paralímpicos) que han trabajado muy duro estos últimos cuatro años para tocar sus sueños. Solo ya por eso, el COI debería perseverar.
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