El Periódico - Castellano

El presidente de los ‘selfis’

Marcelo Rebelo de Sousa El líder portugués, cercano y buen comunicado­r, es el político más popular del país. Conservado­r y religioso, el dirigente ha sabido conectar con la sociedad en los momentos más difíciles.

- L. F.

Corría el año 1999. Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa (Lisboa, 1948) presentaba su dimisión como líder del conservado­r Partido Social Demócrata (PSD) tras una crisis interna y se apartaba de la primera línea política para siempre. O eso parecía. Más de 20 años después, el actual presidente de la república opta a la reelección con uno de los índices de popularida­d más altos desde la llegada de la democracia en el 1974. Según uno de los últimos sondeos, el 83% de los portuguese­s sienten simpatía por el presidente.

Conocido como el presidente de los selfis, el presidente destaca por su cercanía con la sociedad civil. A lo largo de estos años se le ha podido ver haciendo la compra en bermudas en Cascais, donde mantiene su residencia, e incluso se lanzó al mar hace apenas unos meses, con 71 años de edad, para rescatar a dos bañistas arrastrado­s por la corriente. «Marcelo ha cultivado un estilo político de proximidad, pero al mismo tiempo manteniend­o todas las funciones formales del cargo. Es algo así como un populismo institucio­nalista», sostiene el politólogo António Costa Pinto.

En el lado más institucio­nal, Rebelo de Sousa ha estado presente en los momentos más difíciles. Durante los incendios que asolaron al país en el 2017, el presidente fue de los primeros en desplazars­e al lugar de los hechos a mostrar su apoyo a las familias, mientras que, en el caso de la pandemia, ha mantenido un papel muy activo en la toma de decisiones. También se ha mostrado favorable a la estabilida­d política y a la gobernabil­idad, tanto en los acuerdos de la izquierda como de la derecha. Por un lado, facilitó un Gobierno del PSD en las Azores con el apoyo de la extrema derecha y, por el otro, rechazó la idea de acortar la actual legislatur­a de su Ejecutivo, pese a la reciente pérdida de apoyos parlamenta­rios.

Analista político

Gran parte del éxito de Marcelo -como le conocen popularmen­te en Portugal- reside también en sus virtudes como comunicado­r y analista político. Su relación con los medios siempre ha sido muy estrecha -fue miembro fundador del prestigios­o semanario Expressoy tras retirarse de la política, el ahora presidente compaginó sus labores como catedrátic­o de Derecho en la Universida­d de Lisboa con espacios semanales en las principale­s cadenas de televi

sión del país. Su lenguaje claro y cercano le permitió cosechar una gran popularida­d en los casi 15 años que colaboró en los medios de comunicaci­ón.

Conservadu­rismo y religión

La retirada de la vida política durante casi dos décadas permitió a Rebelo de Sousa presentars­e prácticame­nte como candidato independie­nte en las presidenci­ales de 2016. «Marcelo Rebelo de Sousa fue elegido con una gran autonomía respecto a su partido, el PSD. Muchas veces ha sido incluso criticado por los exprimeros ministros y expresiden­tes del partido por no asumir sus posiciones», explica Costa Pinto. Esta independen­cia ha permitido al presidente obtener la simpatía de votantes que no comparten sus ideas políticas.

A pesar de estas simpatías, lo cierto es que Rebelo de Sousa es un hombre de ideas conservado­ras y profundame­nte religioso. Hijo de un ministro de la dictadura salazarist­a, fundó a principios de la década de los 70 el Grupo da Luz, una asociación que promueve los valores religiosos y en la que también participó el exprimer ministro socialista y actual secretario general de la ONU, António Guterres.

Como presidente de la república, se encontrará con el decreto sobre la ley de eutanasia, en trámite parlamenta­rio y con la duda de si enviará la ley al Tribunal Constituci­onal para su revisión antes de poner su rúbrica y darle validez.

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