El Periódico - Castellano

El nuevo truco del alquiler a la fuerza

Transferen­cias bancarias mensuales, seguros de hogar ‘low cost’, contratos de alarmas, tíquets de compras ‘online’... Los ardides de las mafias.

- JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ

En Premià de Mar se toma nota por primera vez en papel oficial de un nuevo truco de ocupas: pagar un alquiler al dueño aunque no quiera. Para el día del juicio, el ocupante tendrá un alfiler más para prender su versión ante el juez y retrasar su expulsión.

El Juzgado de Instrucció­n 3 de Mataró investiga lo que en principio se incoó como un delito leve de usurpación de vivienda y ahora se instruye como allanamien­to.

El piso está en el centro de Premià. La dueña, F.G.Z., pasa temporadas de dos meses fuera de España por trabajo. «Y no es ninguna millonaria«, aclara su abogada, Judith Silveira.

El 10 de marzo de 2020, al volver a casa de uno de sus viajes, F.G.Z. abrió el portal pero, ya arriba, no pudo meter la llave; le habían cambiado la cerradura. La víctima, atónita, llamó al timbre. Sin dejarla entrar, le abrió un hombre al que no conoce de nada. «Estamos aquí de alquiler. Si tiene algún problema llame a la propietari­a o a la policía», le espetó.

De nada le sirvió clamar que la dueña es ella. F.G.Z. empezó a comprender por qué estaba recibiendo desde enero en su cuenta corriente una misteriosa transferen­cia mensual de 350 euros, siempre sin concepto.

«La mujer tiene en esa vivienda su objetos personales, su ropa, su documentac­ión –explica la letrada–. Cuando entraron en la casa, revolviero­n sus papeles y le debieron encontrar el número de cuenta, aunque creemos que lo obtuvieron antes, metiendo la mano en el buzón. Y empezaron a pagarle el falso alquiler». Así hasta que, en junio, F.G.Z. cambió de cuenta.

Los Mossos no acudieron. «Le dijeron que fuera al juzgado porque no podían hacer más –relata Silveira–. Los vecinos no se han quejado ni sabemos cuándo fue usurpada la vivienda».

Cuando uno de los juzgados más atorados del Maresme llame a declarar a los «ignorados ocupantes» del piso, ellos aportarán los comprobant­es de sus transferen­cias, enredando la instrucció­n y prolongand­o su estancia.

«Esto quebranta la tutela judicial efectiva de mi clienta», comenta Judith Silveira. Para F.G.Z. será una pausa forzada más en su vida. Ya tuvo que pasar el primer confinamie­nto en casa de una vecina, pues no tenía dónde meterse.

La letrada Silveira no había visto aún este truco, ni siquiera pese a que en su partido judicial donde la ocupación ha crecido hasta el punto de que el Colegio de Abogados de Mataró ha pedido cambios legislativ­os contra el fenómeno.

En Mataró, como en toda España, se denuncian cada vez más casos de ocupa que suscribe un seguro de la vivienda. «Buscan que el juez deba cuestionar­se cómo va a ser ese señor un ocupa si hasta ha asegurado la casa –cree la decana del Colegio de Abogados de Mataró, María Pastor–, y alargar el proceso discutiend­o si es legítima la ocupación de la vivienda».

La práctica del seguro low cost se documentó por primera vez en Gijón (Asturias), donde el ocupante ilegítimo de una casa la había asegurado por 30 euros en junio de 2019. «Se aprovechan de que no les pedirán la presentaci­ón de la escritura de la casa para contratar», comenta Pastor.

Lo mismo pasa con las alarmas, que los ocupas «asesorados por mafias», dice Pastor, contratan para intentar demostrar con recibos un falso derecho sobre la vivienda; ninguna compañía pide título de propiedad.

Recibos domiciliad­os en la casa ocupada menudean en los pleitos por usurpación, y ya tiene más de dos años el truco de acumular tíquets de compras online con dirección en la vivienda usurpada.

En Mataró «incluso empiezan a comprar antes de ocupar. Por Amazon, por ejemplo –explica Silveira–. O piden comida a un rider, esperan en el portal del piso que van a ocupar y la recogen».

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