Dar ventaja al oponente
Recientemente he estado en desacuerdo con la conducta de nuestros dirigentes políticos del Gobierno catalán, y ante las próximas elecciones me he encontrado indeciso sobre a quién votar. Pero gracias al PSc (la ce en minúscula) se me han disipado. Me gustaría que el PSC significara Partit dels Socialistes de Catalunya, pero sus dirigentes preferirían que fuera Partido Socialista en Catalunya. No quiero que nos gobiernen los que secundaron la represión del 1 de octubre, el 155, el encarcelamiento de los políticos elegidos democráticamente, los que se fotografían y se manifiestan con los declarados, públicamente, anticatalanistas, los que nombran a fiscales y jueces que juzgan a sus oponentes políticos.
Y tampoco quiero que gobierne mi país una filial de los que gobiernan en el Estado español. Si usted, como yo, ama Catalunya, no dude más y vote a un partido catalanista que no se venda por una poltrona. Que nos defienda y vele por los intereses de nuestro país, en el Parlamento español o en Estrasburgo o donde haga falta. Yo así lo haré, porque no votar es darle ventaja a tu oponente político.
ndad, recuperando nuestros déficits culturales, económicos y sociales, y otros que insisten en independizarla.
Yo votaré a Salvador Illa, igual que muchos otros catalanes no independentistas que nada tenemos que ver con el PSC, ni con En Comú Podem, ni con el PP, ni con Ciudadanos, porque vemos en él la oportunidad de un cambio. Es incomprensible que la derecha de este país lo haya venido atacando de manera incansable y cruel desde que fue nombrado ministro de Sanidad. El PP, con su típica testarudez, insiste en criticarlo simplemente porque es de izquierdas (PSC-PSOE) y no comprenden que, haciéndolo, están apoyando indirectamente al ‘procés’. Concluyo: España es un país difícil.
nsin decir palabra. Esto que nos pasa no será para siempre. Las burbujas, como las de jabón, desaparecerán en el aire. En el patio no habrá tantas fronteras y nos encontraremos todos juntos para hacernos sentir una única escuela. Cuando esto ocurra, será el día en que nos podremos ver sonreír, y sonreiremos.
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