Los diseños de Santos
Le criticaron, le insultaron y algún que otro impresentable pidió que lo boicotearan por no ser catalán. Pues miren, Santos López es un diseñador nacido en Sabadell que tiene su atelier en un pasaje entre el paseo de Gràcia y la rambla de Catalunya y que ha tenido que trabajar mucho para llegar a vestir actrices y modelos de este país. Eso sí, tuvo la osadía de confeccionar los vestidos que Cristina Puig, Lídia Heredia y Helena García Melero lucieron en el programa de las campanadas en TV-3. Y, claro, como este año todos estábamos en casa, y algunos deberían aburrirse más de lo normal, en lugar de dar su opinión sobre el vestuario o disfrutar de la noche, se dedicaron a darle a Twitter y machacar al estilista.
Es verdad que, a uno, los vestidos le parecieron más espectaculares en el estudio que vistos por televisión, pero a Santos nadie le dijo que soplaría un vendaval de padre y señor mío o que el aire de las estufas sería ciclónico y de abajo a arriba. «Nos faltó realizar una prueba in situ, quizá, entonces, hubiéramos corregido o cambiado algunas cosas», afirma Santos. De cualquier manera, digo yo, que tenemos lo que nos merecemos. Un tipo que triunfa en las pasarelas de todo el mundo, que en los Goya vistió a Clara Lago, Natalia Sánchez o Cayetana Guillén Cuervo, que tiene tienda en Nueva York y que se deja la piel en cada una de sus confecciones y aquí, vamos y lo despellejamos. En fin. Le pregunto qué hará si TV-3 le propone repetir y me dice que le encantaría. «He sufrido mucho, pero ya está, soy positivo, así que si los hago la liaré de verdad». Miren, Santos Costura, realizó 150 trajes de boda en 2019 y otros tantos para fiestas. En 2020 solo ocho de bodas. No hay más. Su sector, sin bodas ni fiestas, está por los suelos, pero su talento y sus ganas de trabajar siguen intactas. Eso sí, sobre gustos no hay nada escrito.
Los candidatos de los Gaudí
Y si tenemos talento en el mundo de la moda, ya no les cuento en el del cine. Cierto es que estos últimos andan tan o más fastidiados que los primeros. El jueves, en La Pedrera, presencié el acto de nominación de los Premios Gaudí. En anteriores ocasiones el auditorio era una fiesta. Actores, productores, directores, músicos, técnicos o maquilladores se reunían allí para ver en directo si eran los elegidos. Este año no había nadie. Suerte de Isona Passola. La presidenta de la Academia del cine catalán desprende tanta fortaleza, alegría y pasión que ella sola es capaz de llenar una sala con todas las butacas vacías. Aplaudió y gritó cuando los presentadores del acto, Aina Clotet y Sergi López, citaron a los principales nominados y se puso en modo reivindicativo cuando le acercaron los micrófonos: «Tenemos mucho talento, pero sin presupuesto es imposible seguir produciendo películas de nivel. O normalizamos y apoyamos la cultura audiovisual catalana o los nuestros se irán. Mira, actualmente todas las series se hacen en Madrid».
Aina Clotet y ‘Hierro’
Bueno, en Madrid y en la isla de Hierro. Porque allí estuvo Aina Clotet rodando la segunda temporada de la serie que lleva el nombre de esta isla canaria. Fue por unas semanas, pero entre el rodaje y la primera ola del covid, se pasó cinco meses. La podremos ver a partir del próximo 19 de febrero en Movistar+. Hierro es un thriller de investigación que tuvo mucho éxito en su primera temporada. En la segunda, Aina interpreta a una abogada de Madrid. Visto el panorama audiovisual catalán no descarten que a partir de ahora también intenten llevarse a la Clotet a la capital. El talento va buscado.
Y más cine. Este jueves se estrenó el documental Maragall i la Lluna. La cinta es un retrato muy emotivo de la trayectoria personal y política de Pascual Maragall desde que hace 14 años le diagnosticaron la enfermedad de Alzhéimer. Un documental que todos los políticos actuales deberían ver. De momento, se exhibe en los cines Girona de Barcelona. Una de las pocas salas que todavía resiste. Vayan al cine que la cultura es segura.
nIsona Passola, la presidenta del cine catalán, desprende tanta pasión que ella sola es capaz de llenar una sala con las butacas vacías