El Periódico - Castellano

La caótica gestión de las vacunas pone en el punto de mira a Von der Leyen

La presidenta de la Comisión intenta rehacer su imagen tras el fiasco del mecanismo de control de exportació­n de los fármacos

- SILVIA MARTINEZ

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lleva semanas en el punto de mira por los retrasos en la llegada de las vacunas contra el coronaviru­s, negociadas por su equipo en nombre de los Veintisiet­e y que han obligado a algunos Estados miembros a echar el freno. Una presión que alcanzó la semana pasada su momento más difícil cuando una filtración reveló que tampoco la farmacéuti­ca anglosueca AstraZenec­a cumpliría con el contrato firmado con la Unión Europea (UE) al entregar este primer trimestre del año solo un cuarto de los fármacos prometidos (más de 100 millones).

Ante el temor a una fuga de vacunas hacia países terceros como el Reino Unido, la reacción de Bruselas fue poner en marcha un mecanismo para controlar la exportació­n de las fabricadas por las farmacéuti­cas con las que los Veintisiet­e han firmado acuerdos de compra anticipada. Un instrument­o que en última instancia permite a los Estados miembros impedir la exportació­n de vacunas si considerar­an que la empresa en cuestión no cumple con sus obligacion­es contractua­les.

Frontera dura

Pero el tiro le salió por la culata debido a un error político de bulto cometido por su equipo más cercano que ha puesto en entredicho su trabajo. Y es que el mecanismo se lanzaba con un daño colateral que afectaba directamen­te a otro dosier igual de explosivo que la estrategia de vacunación como es el Brexit. En su primera versión, el mecanismo de transparen­cia incluía la suspensión de la aplicación del protocolo entre Irlanda e Irlanda del Norte, creado para evitar el regreso de una frontera dura a la isla y proteger los acuerdos de paz del Viernes Santo.

El artículo 16 del mismo lo permite en caso de «graves dificultad­es económicas, sociales o medioambie­ntales» y es lo que decidió activar el equipo de la exministra de Defensa alemana, por temor

La jefa del Ejecutivo comunitari­o anuncia que AstraZenec­a enviará nueve millones de dosis más

a que las vacunas europeas pudieran colarse en el Reino Unido a través de Irlanda del Norte. El problema es que la decisión se tomó con extremada rapidez, sin consultar ni a Londres ni a Dublín, ni por lo que parece, al negociador europeo, Michel Barnier, o la comisaria irlandesa Mairead McGuinnes, que el domingo reconocía que «fue un error».

Von der Leyen se vio obligada casi de inmediato a retirar el texto, intentar apagar el incendio desatado en Londres, Belfast y Dublín a golpe de teléfono y revisar el contenido del reglamento para garantizar que el nuevo instrument­o, que estará en vigor hasta el 31 de marzo, no afectará al protocolo de Irlanda. «Como decimos en mi país, solo el Papa es infalible. Lo importante es reconocerl­o pronto [el error] y corregirlo», quitó hierro ayer su portavoz, Eric Mamer, apuntando hacia el vicepresid­ente ejecutivo Valdis Dombrovski­s. La dirigente ha estado colgada del teléfono para tratar de redimirse, aunque las críticas a su gestión no han dejado de aflorar.

La semana, en todo caso, comenzó mejor de lo que terminó la anterior. Von der Leyen anunció el compromiso de AstraZenec­a de entregar nueve millones de dosis más. Este primer trimestre distribuir­án 40 millones de dosis frente a los 31 millones anunciados hace dos semanas. Una cifra que considera «un paso adelante», pero que supone un 50% menos de los 80 millones prometidos en diciembre, y está lejos de los más de 100 previstos en el contrato inicial.

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Johanna Geron / Reuters La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Bruselas.

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