La OMS califica de «productivas» sus pesquisas en Wuhan
Los expertos de la organización visitan dos centros de control de enfermedades
El equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desplazado a China para investigar los orígenes del covid19 visitó ayer dos centros de control de enfermedades en Wuhan, la ciudad en la que comenzó a propagarse el virus. La cadena estatal CGTN señaló que los centros visitados –ambos con laboratorios para el estudio de virus– son el de la provincia de Hubei, y el de su capital, Wuhan. Este último se encuentra a unos pocos centenares de metros del mercado de Huanan, con el que se asocian los primeros contagios de la pandemia y que los investigadores internacionales visitaron el domingo. En enero del año pasado fue cerrado y posteriormente desinfectado.
Desde Ginebra, la directora técnica del covid-19 de la OMS, Maria van Kerkhover, afirmó que el equipo de expertos de la organización en Wuhan está teniendo «conversaciones productivas» acerca del origen del virus. «Tuvieron una buena visita al mercado de Wuhan, a hospitales... Y nos han transmitido la importancia de haber podido visitarlo», comentó.
Preguntada acerca de si este equipo visitará el Instituto de Virología de Wuhan, Van Kerkhove pidió dar a los expertos «libertad para decidir las visitas que deben hacer a lo largo de su misión». «Tenemos que darles el espacio necesario para llevar a cabo este estudio científico», agregó.
Por otra parte, el director de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, pidió «respeto» al trabajo de este equipo internacional, y reclamó a los países que aseguran tener información sobre el origen del coronavirus que se la hagan llegar a la organización.
103 millones de contagios
Wuhan fue el primer lugar en el que el virus saltó de animales a humanos, y de ahí lo hizo al resto de China y del mundo; una versión disputada por las autoridades de Pekín. Poco más de un año después de la aparición de los primeros casos, la pandemia de coronavirus ha rebasado los 103 millones de contagios y los 2,2 millones de fallecidos en todo el mundo, según apunta el balance de la Universidad Johns Hopkins.