El Sabadell hace limpieza para una etapa en solitario
El beneficio cae el 99% tras realizar provisiones por un total de 2.275 millones
El Banc Sabadell ha hecho limpieza en 2020, tras la fallida fusión con el BBVA, para afrontar una nueva etapa en solitario. «No contemplamos ninguna nueva operación corporativa», subrayó ayer su presidente, Josep Oliu, durante la presentación de los resultados del año, marcada por una reformulación de su actividad hacia la digitalización, con las consecuencias que ese proceso implica para su estructura.
Esta nueva etapa quedará definida en un plan estratégico para los próximos tres años que prepara el equipo que en próximas fechas dirigirá el nuevo consejero delegado, César González-Bueno, que estará acompañado por un nuevo director financiero, Leopoldo Alvear (hasta ahora responsable de los números de Bankia), para sustituir a Tomás Varela.
Y en esa nueva estrategia, Oliu se ve integrado: «Yo no dejo el banco: seguiré y haré balance el día que me vaya. La historia futura forma parte de ese balance», contestó a los periodistas que le pidieron una valoración de su trayectoria. Oliu eludió hablar del pasado, y avanzó que el consejo todavía tiene que definir cuáles serán sus tareas en la nueva etapa, tras abandonar las funciones ejecutivas.
Para concentrarse en un nuevo periodo, el banco ha cerrado el ejercicio 2020 con un beneficio neto atribuido de dos millones de euros (222 millones de euros excluyendo la filial británica TSB), lo que supone una caída del 99,7% con respecto al ejercicio anterior, después de provisionar 2.275 millones (1.337 millones más que en 2019) para realizar coberturas por la crisis del covid19, pero también la ejecución de planes de reestructuración en España y el Reino Unido, y la venta de activos problemáticos. La mayor parte de los gastos de explotación extraordinarios y las provisiones del ejercicio se concentraron en el último trimestre de 2020, razón por la que los resultados de ese periodo fueron negativos (201 millones).
Pese a ello, el aún consejero delegado, Jaume Guardiola, destacó en su última presentación de resultados: «Con el esfuerzo en saneamiento y la ejecución del plan de eficiencia (...) sentamos las bases de nuestro próximo plan estratégico que será presentado el próximo mayo». El banco lleva a cabo una reestructuración y transformación digital en España que en el cuarto trimestre de 2020 ha supuesto la salida voluntaria de 1.817 empleados. Paralelamente, el TSB ha reducido su plantilla en 685 empleados y cerrado 93 oficinas.