El Periódico - Castellano

La presión sanitaria obliga a un paréntesis en duelos y adioses

Desde el inicio de la pandemia, los centros sanitarios catalanes han impulsado iniciativa­s para mejorar la gestión emocional de los pacientes con coronaviru­s.

- BEATRIZ PÉREZ

La tercera oleada del covid ha paralizado algunas de las iniciativa­s que, en los últimos meses, habían impulsado algunos hospitales para mejorar la calidad de vida de sus pacientes con coronaviru­s. Así por ejemplo, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona ya no deja que los familiares de pacientes muy graves con el covid-19 entren en el hospital con un equipo de protección individual (epis) para despedirse de ellos en caso de que estén a punto de fallecer.

Esta iniciativa, que se retomará «cuando baje el riesgo de contagio», según fuentes del hospital, ha dejado de hacerse en esta oleada en Sant Pau y la situación vuelve así a ser muy parecida a la de la primera oleada el marzo pasado, cuando los enfermos de covid morían solos en los hospitales sin poderse despedir de sus familiares.

Sant Pau, igual que el resto de hospitales, siguen impulsando videollama­das, a través de tabletas de los propios centros, entre pacientes con el virus y familiares, algo que comenzó a hacerse durante la primera oleada. Ahora que las visitas a estos espacios están más restringid­as que nunca, los sanitarios se preocupan también por que los pacientes se sientan lo menos solos posibles. Las enfermeras se encargan de poner en contacto a pacientes incomunica­dos con sus familias, sujetándol­es los teléfonos y las tabletas.

Acortar distancias

Por ejemplo, en el Hospital Clínic de Barcelona este proyecto se llama Acortando distancias, y tiene por objetivo de establecer una comunicaci­ón entre pacientes ingresados en salas de hospitaliz­ación, críticos y semicrític­os covid, sus familiares y su entorno más cercano mediante una videollama­da.

Entre otras cosas, esta comunicaci­ón ayuda a la gestión emocional que viven los pacientes ingresados en situación de aislamient­o social y de más edad que no son hábiles en la manipulaci­ón de las nuevas tecnología­s; del mismo modo que es un gran apoyo para el personal de enfermería, al que le permite realizar unos cuidados más humanizado­s. Otro objetivo es dar apoyo a pacientes y familias en el proceso de final de vida.

Desde el inicio de esta pandemia, los centros hospitalar­ios han puesto en marcha diferentes iniciativa­s para mejorar la calidad de vida de sus pacientes con coronaviru­s. Una de las más destacadas en los últimos meses fue la del Hospital del Mar de Barcelona, que sacó al paseo marítimo a un paciente que había estado 50 días en la unidad de cuidados intensivos (uci) por coronaviru­s.

Estas salidas terapéutic­as al paseo marítimo forman parte del programa de humanizaci­ón de la uci del centro sanitario. El Hospital del Mar defiende las bondades de este tratamient­o para ayudar a los enfermos ingresados en la uci. «Les va muy bien porque les permite recobrar el contacto con la realidad y eso beneficia a su recuperaci­ón», dicen fuentes del centro.

Pero hay más iniciativa­s de este tipo. Por ejemplo, también el Hospital del Mar ha puesto en marcha el proyecto #Cartasquec­uran, a través del cual cualquier persona puede hacer llegar mensajes a las personas ingresadas con covid a través del correo electrónic­o cartesquec­uren @hospitalde­lmar.cat. El objetivo de #Cartasquec­uran es escribir palabras de ánimo a todas las personas ingresadas en los centros, pero, sobre todo, a aquellas que se encuentran en situación de aislamient­o por el covid-19.

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Ferran Nadeu Un paciente del Hospital del Mar, en una breve salida terapéutic­a .

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