«Las demoras generan mayor estrés»
Eva Martín. Retrasos en las revisiones
El caso de Eva Martín es como el de muchos otros enfermos que, debido al colapso que han sufrido los hospitales en el último año por la pandemia, han visto cómo sus pruebas diagnósticas se retrasaban. Martín fue operada a los 48 años de un cáncer de cuello de útero, hace cuatro años, pero el éxito de aquella operación y el tratamiento posterior, como en cualquier otro cáncer, está «supeditado a las revisiones», advierte.
En su caso, está en una fase en la que debe ser sometida a una revisión cada tres meses, pero este calendario ha saltado por los aires. Justo antes del confinamiento duro, le encontraron una alteración en la vía renal y hasta julio no le comunicaron que no era maligno. Y de julio hasta diciembre, sin nuevos resultados. El «problema es que se están normalizando los retrasos», según denuncia. «La falta de recursos es brutal. En la primera ola del coronavirus podía entenderse, pero ahora que sigamos igual o peor, con una atención primaria desbordada y un diagnóstico por imagen dedicado al covid, no se entiende. Tendrían que haberlo planificado mejor y aportar más recursos», afirma.
El problema, según explica, es que los enfermos de cáncer normalmente sufren una «angustia tremenda» cada vez que tienen una revisión, pero el que haya retrasos en las citas o las pruebas, que no se pueda ver al médico presencialmente o que suceda como en abril «que era imposible hablar» con el hospital o la atención primaria, «genera un estrés mayor».
Eva Martín tiene 52 años y hacecuatropasó por el quirófano por un cáncer de útero