El Periódico - Castellano

Illa contra el virus (parte 2)

La campaña la centra el candidato socialista, pero la ciudadanía habla sobre todo del hecho de votar en pandemia.

- Joan Cañete Bayle

Normalment­e, quien impone el tema de conversaci­ón en unas elecciones suele lograr un gran resultado. Sucede en los ciclos electorale­s desgastado­s, en los que se impone quien hace bandera del cambio. Sucede en los tiempos convulsos, cuando el cuerpo electoral pide un meneo (las votaciones pos 15-M, por ejemplo, como en Barcelona en 2015) o, al contrario, cuando los tiempos requieren sosiego (las últimas elecciones en EEUU con Joe Biden, el hombre adecuado en el momento oportuno porque no era Donald Trump).

En la última década, el tema dominante de conversaci­ón política en Catalunya ha sido la independen­cia, una hegemonía sustentada en dos patas: el proyecto ilusionant­e del soberanism­o y la ausencia de un nuevo proyecto no independen­tista para Catalunya. La independen­cia como tema de conversaci­ón ha logrado superar a otros asuntos (la crisis económica y sus consecuenc­ias sociales, y la corrupción política y la regeneraci­ón democrátic­a) que en el resto de España han sido dominantes. Y lo logró gracias a una gran capacidad para abducir y apoderarse de esas otras conversaci­ones.

Sin embargo, como en otros ámbitos sociales y políticos, algo se desgarró el 1-O, y en las elecciones de 2017 ya no fue la independen­cia el tema de conversaci­ón, sino las consecuenc­ias del intento de llegar a ella a través de la vía unilateral. Y en esa conversaci­ón política (por llamarla de alguna forma) volvió a conseguir la mayoría el independen­tismo, pero ganó las elecciones Ciutadans. O lo que es lo mismo: la polarizaci­ón.

Hoy, el tema de debate electoral predominan­te es Salvador

Illa. No lo que dice o propone, ni lo que hará o lo que ha hecho, sino él mismo: en términos McLuhanian­os, él es el mensaje. El todos contra Illa que se ha visto en los debates, o la pugna entre ERC y JxCat por presentars­e como el auténtico adversario del candidato socialista son pruebas de que la campaña gira alrededor del exministro. «Imaginemos que en estas necesarias elecciones gana por aplastante mayoría un Salvador para Catalunya y, al igual que Biden, de forma conciliado­ra arranca en serio a gobernar para todos. Si en EEUU se ha producido este final [...] abandonand­o el circo de estos últimos años, ¿será esto posible en Catalunya?», escribe la lectora Lena González.

Biden, Illa. El socialista como el bálsamo que necesita una sociedad exhausta, el hombre adecuado en el momento oportuno porque no milita en ninguno de los bloques. Sobre el papel, pinta bien para el PSC.

Su problema es que si bien Illa es el principal tema de debate electoral, no es el asunto de conversaci­ón pública predominan­te. Cuando hoy la ciudadanía habla de las elecciones, debate sobre el covid: la formación de las mesas electorale­s, si hay riesgo de contagio o no, si se debería celebrar la votación o no. Más que nunca, los candidatos hablan de un asunto (Illa) y los ciudadanos de otro (covid, ir o no ir a votar). Son estas, en definitiva, unas elecciones en las que el tema principal de conversaci­ón no es político, económico o social, sino la participac­ión: si se votará o no.

Esta vez no basta, pues, con dominar de qué se habla, sino con ser capaz de movilizar al electorado. Esa es la prueba que debe superar el efecto Illa.n

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain