Junts-Esquerra: duelo en el Eix Transversal
La batalla por la hegemonía independentista el 14-F se decidirá en las comarcas que recorre la ‘calle mayor’ del ‘rerepaís’. El voto en las poblaciones que se vertebran a lo largo de ese eje que conecta las capitales de Lleida y Girona se prevén determina
El Eix Transversal fue una de las obsesiones de Jordi Pujol. Lo que urbanísticamente es una vía de circunvalación de la región metropolitana, una especie de B-50, políticamente se convirtió en un eje vertebrador «del país» al unir, directamente, Lleida y Girona. Esta calle mayor del rerepaís (suma de un tramo de A-2 con la C-25) orilla el entramado metropolitano y muestra, por ende, un comportamiento electoral bien distinto al que se observa en la capital. Y es en las poblaciones que se emplazan a lo largo del Eix Transversal donde se va a decidir el duelo entre JxCat y ERC el próximo 14 de febrero.
El antecedente electoral inmediato son las dos elecciones generales que se celebraron en 2019, el 28-A y el 10-N, con sendas victorias de ERC en el conjunto de Catalunya. Entre Lleida y Girona, el eje viario recorre nueve comarcas, de tres provincias. En el sumatorio de voto de esos territorios en ambas ocasiones venció ERC sobre JxCat. Pero en la repetición de noviembre
los republicanos acusaron una seria disminución del número de votos, mientras que los posconvergentes incluso lo aumentaron, a pesar de que la participación fue ocho puntos inferior en Catalunya.
Inversión del voto
Así, si en las nueve comarcas ERC venció en abril con 183.038 votos sobre 122.020 de su oponente (diferencia de 61.018 papeletas), en noviembre, los republicanos bajaron hasta los 148.942 y, JxCat, incluso remontó hasta los 123.690, dejando el trecho en 25.252 sufragios, un 60% menos. En 2017, JxCat ganó a ERC por 10.000 votos en toda Catalunya y se hizo con la presidencia de la Generalitat.
La inversión del voto se acentuó en aquellas localidades más cercanas a Girona, llegando, incluso a producirse un sorpaso de Junts sobre ERC. Es el caso de las comarcas de Osona y el Gironès. En Vic, y en apenas seis meses, se pasó de una ventaja de 5,85 puntos de Esquerra sobre Junts a una de 5,91 a la inversa. En Manresa, con fuerte voto socialista, los posconvergentes recortaron seis de los 12 puntos de abril. Pero, ¿por qué?
En abril, el cabeza de lista de ERC fue Oriol Junqueras, quien hizo campaña desde la cárcel. En noviembre ya no pudo serlo porque ya estaba condenado por sedición y malversación. Ahí otro factor importante, la sentencia del 15 de octubre que derivó en respuesta indignada del independentismo por todo el territorio. Las elecciones llegaron 25 días después.
Pero es que la sentencia llegó después de que ERC comunicara su disposición a votar en favor de Pedro Sánchez en su investidura, pero el no de Podemos, en ese momento, provocó la repetición de las elecciones. Unos comicios, los de abril, que, de hecho, los había forzado ERC al no aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Y como guinda, en noviembre la CUP sí que se presentó.
La conclusión es que el electorado del rerepaís premió a ERC por forzar las elecciones y lo castigó por pactar con Madrid, algo que enervó aun más cuando Madrid sentenció a los presos del ‘procés’. El mensaje que los adversarios lanzaron («se vendieron a cambio de nada») hizo fortuna. Y además, el líder indiscutible, que convence también al público más nacionalista, Oriol Junqueras, se quedó sin micrófono, dejando la campaña de Gabriel Rufián, muy centrado en lo metropolitano –con resultados tan excelentes como para ganar en las dos veces los comicios–, coja en el rerepaís.