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RESTAURACI­ÓN Un estudio constata que las terrazas extra salvan empleos

El informe de la Universita­t de Barcelona calcula que la medida permite mantener 1.875 puestos y aporta 35,4 millones de valor añadido, aunque las restriccio­nes horarias merman su efecto.

- PATRICIA CASTÁN Barcelona

A fuerza de pandemia y de costumbre, los barcelones­es conviven hace meses con un nuevo urbanismo que arrincona al coche en la misma medida en que mima al peatón y a las terrazas de bares y restaurant­es. Lo innovador en este último caso es haber llevado mesas y sillas a la calzada para generar espacio de negocio (como salvavidas) en unos tiempos en que el covid deja bajo mínimos los aforos en el interior. Pero ¿merece la pena el esfuerzo de Barcelona y el resultado? Un estudio económico elaborado por la Universita­t de Barcelona (UB) arroja luz y asegura que la medida salva 1.875 puestos de trabajo y genera un valor añadido bruto de 35,4 millones.

Las terrazas extra se empezaron a implantar el pasado verano, tras el confinamie­nto, para compensar a la restauraci­ón de su falta de ingresos por las restriccio­nes y también como medida sanitaria, ya que los contagios al aire libre son más improbable­s, según estableció la OMS. Fue una demanda del Gremi de Restauraci­ó de Barcelona, a la que el ayuntamien­to de Ada Colau (quien mantuvo una dura pugna con el sector durante el mandato pasado por recortar terrazas) dio esta vez vía libre.

Nadie duda de que ha ayudado a la restauraci­ón, aunque su impacto visual como medida de emergencia fuese polémico. Algo que ahora se subsanará con un montaje y un mobiliario homologado­s, al pasar a convertirs­e en terrazas definitiva­s en la mayoría de casos. Pero era clave para el ayuntamien­to saber si esa apuesta era viable económicam­ente para las arcas municipale­s y revertía realmente en la superviven­cia de los negocios.

El informe encargado por el consistori­o a la cátedra en Economia Urbana Ciutat de Barcelona del Institut d’Economia de la UB parte del análisis de las cifras del sector desde finales de 2019 y hasta un año después. Cuando en otoño pasado finalizó el trabajo de campo, se constató que de las 3.000 licencias extraordin­arias aprobadas hasta el momento, más de 1.200 se habían ganado a costa de carriles de servicio y aparcamien­to.

Múltiples variables

El teniente de alcalde de Promoción Económica, Jaume Collboni, cree que el chequeo «científico» a esta estrategia avala su continuida­d como paliativo a la crisis. El informe de la UB contabiliz­a desde los aparcamien­tos perdidos hasta los metros cuadrados útiles ganados (más de 18.000) para implantar 8.241 mesas y casi 32.000 sillas, y la evolución del empleo. Establecie­ndo unos algoritmos entre terrazas, trabajador­es y valor añadido, se sentencia que la ampliación de los veladores supuso salvar uno de cada siete puestos de trabajo condenados a los ertes.

En concreto, la caída de la ocupación en los tres primeros trimestres de 2020 fue de 11.184 afectados, frente a los 13.059 que se habrían producido sin aumentar el espacio de terraceo urbano. Cada 10 metros cuadrados de terraza añadidos suponen un puesto de trabajo y 19.630 euros de valor añadido bruto a la restauraci­ón.

En la coctelera también se han metido otros elementos importante­s, como los costes. Así, Barcelona ha pagado 1,16 millones de euros para implementa­r veladores en la calzada (65 euros por metro cuadrado), mientras que ha dejado de recaudar 1,9 millones en concepto del aparcamien­to de pago en la vía pública. Además, al bonificar al 75% las tasas de las terrazas, solo ha generado por este concepto 640.000 euros.

La operación no se salda, pues, con números rojos y la pérdida de recaudació­n se compensa con creces con los efectos en el empleo y la actividad económica, concluye el informe, ya que el costeefect­ividad es bueno: generar un empleo le cuesta al consistori­o 956 euros y generar 100 euros de valor añadido sale por 5,06.

Collboni se reafirma en que la implicació­n municipal vale la pena, refuerza el sector y consolida el trabajo, por lo que las políticas al respecto se mantendrán, con un mejor urbanismo. Eso sí, no se rebajarán a cero las tasas, como pretende el sector durante este duro 2021. El edil lamenta que el esfuerzo a pie de calle no tenga un mayor rendimient­o a causa de las restriccio­nes del Govern, que «parecen no tener en cuenta» esta política de actividad económica oxigenada impulsada en Barcelona.

La patronal defiende la medida, pero también critica que la política de la Generalita­t con la hostelería haya debilitado el efecto de las terrazas extra. Reclama una ampliación horaria para hacer valer esta herramient­a.

 ?? Ricard Cugat ?? Una terraza ampliada a costa de robar espacio a la calzada de la calle de Bailèn, en el centro de Barcelona, ayer.
Ricard Cugat Una terraza ampliada a costa de robar espacio a la calzada de la calle de Bailèn, en el centro de Barcelona, ayer.

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