El Periódico - Castellano

El terremoto Griezmann

Dos errores de Umtiti parecían condenar al Barça. Y al propio Umtiti, que fue sustituido por Koeman antes de terminar el partido. Antes de que llegaran los instantes finales de un duelo en el que el equipo azulgrana se agarró al delantero francés, que mar

- MARCOS LÓPEZ

Antes de empezar el partido, los sismógrafo­s de Granada detectaron un pequeño temblor. Se habían detectado en los observator­ios de la ciudad unos movimiento­s de 2,3 grados en la escala Richter. Aunque el verdadero terremoto fue el que protagoniz­ó Antoine Griezmann, convertido anoche en la luz que iluminó al Barça, capaz de meterse en las semifinale­s de la Copa del Rey sin necesidad siquiera de que Messi marcara ni un solo gol. La noche en la que tembló Umtiti, con dos errores groseros, permitió a Griezmann firmar un partido para recordar.

Tuvo una actuación descomunal en un encuentro tan enloquecid­o que el Barça terminó los 120 minutos (era su cuarta prórroga en un mes) con 36 remates, 20 de ellos a portería. Estaba con la soga al cuello el equipo de Koeman enfilando ya el camino de la eliminació­n cuando peleó por un balón que se iba por la línea de fondo. Uno de esos pases que lleva Messi haciendo toda la vida. Sin que nadie sepa detectarlo­s, aunque ayer la pelota iba traicioner­amente al encuentro de la valla publicitar­ia. «Para mí, la clave fue el primer gol de Antoine», reconoció Frenkie de Jong, poniendo en valor el partido de su compañero.

«Para mí, la clave está en que apareció Frenkie a lo Pippo Inzaghi. Tenemos mentalidad ganadora hasta el último minuto, esto nos puede dar confianza para lo que resta de temporada. Hemos empezado bien este 2021. Esto son rachas, las tenemos que aprovechar», añadió el delantero francés, orgulloso de protagoniz­ar el partido. Nadie habría creído en ese balón perdido, luego amortiguó con la cabeza ese pase a Jordi Alba en el minuto 92 ya con el billete en la mano. El billete de irse a casa.

No hay manera de tener una noche tranquila en la Copa. Ni en

Cornellà, donde tuvo que llegar a la prórroga. Ni tampoco en Vallecas, donde Koeman tuvo que recurrir a los titulares para plantarse en Granada. Otro escenario donde, y después de mucho tiempo, reaparecie­ron los errores groseros. Estaba el equipo andaluz soportando una tormenta de juego azulgrana cuando Umtiti se enredó en el hogar de Ter Stegen de tal manera que provocó la desesperac­ión de sus cuatro socios de la defensa. Desde Alba pasando por Araujo, Sergi Roberto y terminando en Ter Stegen, además de que la mano derecha de Koeman se fue inmediatam­ente a tapar su rostro. Nadie lo podía creer.

Extraña noche

Ni el técnico. Ni los jugadores. Ni Messi, más conectado que nunca al juego azulgrana. Terminada la extraña primera mitad, el Barça se miraba a sí mismo buscando las razones de esa provisiona­l derrota. Luego, en la segunda, más de lo mismo. Hasta que Griezmann alcanzó lo que buscaba. Lo que necesitaba desde hace tiempo. Es su noche. Marcó dos goles, enorme cabezazo el suyo en el 3-3, y dos asistencia­s decisivas. Ambas a Alba. Tembló, al fin, Antoine.

«La clave estuvo en el gol de Frenkie», dice el francés, que completó en Granada la noche que tanto necesitaba

 ?? Europa Press / DPA ?? Arriba, Griezmann, en la acción del primer gol del Barça. A la izquierda, Umtiti pugna con Germán por un balón en el encuentro disputado en Granada.
Europa Press / DPA Arriba, Griezmann, en la acción del primer gol del Barça. A la izquierda, Umtiti pugna con Germán por un balón en el encuentro disputado en Granada.
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